La corrida concurso de Zaragoza vino a demostrar que otra Fiesta es posible. Otra, o mejor dicho, la auténtica y la de verdad. La del toro bravo y encastado. La de la suerte de varas bien hecha, como eje y medida. La del torero capaz de lidiar, lo que tal vez sea la capacidad de compartir sus propios intereses con los del toro, poniendo lo más preciado que tiene, que es la vida, a la misma altura como fue el caso de Serafín Marín. Tremendo el susto, dramática la voltereta, la fiesta al final nos obligó a salir transpuestos del coso de la Misericordia.
lunes, abril 28, 2008
Otra fiesta es posible (Andrés Verdeguer)
La corrida concurso de Zaragoza vino a demostrar que otra Fiesta es posible. Otra, o mejor dicho, la auténtica y la de verdad. La del toro bravo y encastado. La de la suerte de varas bien hecha, como eje y medida. La del torero capaz de lidiar, lo que tal vez sea la capacidad de compartir sus propios intereses con los del toro, poniendo lo más preciado que tiene, que es la vida, a la misma altura como fue el caso de Serafín Marín. Tremendo el susto, dramática la voltereta, la fiesta al final nos obligó a salir transpuestos del coso de la Misericordia.
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échadle un vistazo a la foto que he posteado en mi blog. Ahí estáis, en los altos del tendido, no?
ResponderEliminarun saludo.