Vuelvo a copiar el comentario que nos mandó, hace unos meses, Marcelo Fortín:
A mi modesto entender, la única justificación para la presencia de un torero en el ruedo, es la presencia de un toro al que haya que dominar, que exija valor y conocimientos y cuya muerte sea el resultado de un combate (uno de los sinónimos de lidia), se haya desarrollado éste por la vía del arte o de la lucha, pero siempre a través del dominio y de la demostración de supremacía del hombre frente a la fiera, que es el objetivo primario de la fiesta. Si no hay fiera, la supremacía es indemostrable y el combate pierde sentido. Esta premisa vale para todos, artistas o legionarios, y la división que pretende hacer el taurinismo entre corridas “duras” o “blandas” es falaz porque, si hay casta, todas las corridas son duras, aunque el toro sea noble y repetidor. La diferencia está en el riesgo y en la calidad del torero, artista o no, para enfrentarlo. Actualmente, la casta y la bravura son características que definen al toro “intoreable”. La historia nos demuestra que no es así.
¿De verdad la corrida es una "lucha" entre el toro y el torero que tiene como unico fin demostrar a traves del dominio la supremacia del hombre sobre la fiera?.
ResponderEliminar¿De verdad hay quien pague dinero por ver las treinta tardes de una feria, esa obviedad?
¿De verdad las corridas de toros han llegado a nosotros desde la noche de los tiempos para recordarnos que los toros mueren siempre en la plaza y los toreros solo a veces?.
Tengo la impresión de que algo mas grave y trascendente se nos escapa entre las manos cuando simplificamos el significado de la fiesta dandole de paso armas a sus enemigos.
Juansintierra