Ayer mi hermano, Jokin, y yo hicimos nuestro peregrinaje anual a Málaga. Comimos, cogimos el coche y nos dirigimos a la capital de la Costa del Sol. Aparcamos en el muelle del puerto, cogimos nuestras entradas y nos fuimos directos al centro. El ambiente de la ciudad durante las ferias es de lo más animado, así que iniciamos nuestra ruta habitual en Pimpi y luego nos dejamos arrastrar por esa numerosa masa festiva y bebedora de vinos dulces. Debo reconocer que cada año hacemos el esfuerzo de pedirnos algún vino de Málaga, pero no encontramos uno a nuestro gusto. Esto no quiere decir que sean malos, sino simplemente que no nos gustan, así que vamos tirando con los finos y manzanillas gaditanos, eso si, sin perder la esperanza de dar con algún vino malagueño que nos guste, y así integrarnos más en ese ambiente.
Bueno, a lo que iba, a las siete estábamos en la preciosa plaza de la Malagueta para ver a Conde, Fran Rivera y Cayetano. Ganado de Juan pedro Domecq. Se colgó el cartel de "No hay billetes". Nuestra presencia en la plaza pone de manifiesto que una cosa es ser aficionado a los toros y otra ser listo.
Resumo:
Ganado: Tal y como se imaginan, aunque cayéndose menos de lo normal. Los dos novillos tenian una presentación de vergüenza ; novilletes cornigachos indignos de una plaza de primera o segunda.
Conde: Quiso estar pinturero y estuvo, en general, ridículo. A destacar dos derechazos en su primer oponente/colaborador y el inicio con la derecha en su segundo, aquí presentó la muleta plana e intentó hacer el toreo , eso si , sin conseguirlo, luego cogió la franela con la izquierda y ahí se acabo todo. Yo pregunto, ¿qué necesitan esos toreritos para triunfar?, ¿qué quieren?.
Rivera: Aquí no hay sorpresa, estuvo tan vulgar como siempre.
Cayetano: Presentarse en una plaza de primera con esos dos novilletes cornigachos demuestra la poca vergüenza torera del novillero (no olviden que no hubo sorteo). Eso si, lo novilletes iban y venian sin parar; más que noblotes eran bobos. Era la primera vez que veía a Cayetano, tiene madera de torero, se le ve esa presencia, ese empaque propio de algunos elegidos, pero al tiempo se le ve todos los trucos y trampas de cualquier "figurilla" del momento. Domina la escena y la estética; aparenta un torero clásico pero es superficial.
El público: Más festivo que nunca, aunque el cartel animaba a ese público que devora la prensa/Tv rosa ,(¿por qué rosa?), gente que sabía más de la vida de esos personajes que de los de su propia familia. Se aplaudió todo y la gente, aparentemente, disfrutó de lo lindo.
Una curiosidad: Las mulillas salen muy bien presentadas y arrastran ellas solas a los toritos. Esto hace que no sepamos si el público, en el arrastre, aplaude a las mulillas o a los toritos.
La prensa: Hoy me encuentro con mi hermanos en la playa:
-¿Has leído El Sur?, ayer debió ser una tarde histórica y nosotros sin enterarnos.
- Pues no has leído El Mundo.
Nota: ¿qué pasó en Gijón con los Victorinos?.
.... nuestra corrida fue muy regularcilla, pero lo que ha venido después ha sido aun peor...
ResponderEliminarnota: ESTOY AÚN IMPRESIONADO POR LA FOTO DE SAN SEBASTIÁN DONDE SALE EL CAYETANO DANDO UN PASE DE PECHO.... !!!manda guevos!!!