Ahora debería estar quedando con mi hermano para irnos a Málaga. Coger el coche, sacar la entrada, acercanos al centro, un vino donde Pimpi, volver a las cercanías de la Malagueta, otros vinitos...y ¡ver a Talavante!.
Ayer Alejandro sufrió dos cornadas en El Escorial. Esperemos que se recupere pronto.
Mi hermano y yo nos iremos a la playa y luego a cenar juntos, con las familias.
Nota: no olvideis, Agustín Hervás informa diariamente de lo que sucede en el coso malagueño.
en el blog Amar a un torero, hay foto del puro y este es el enlace a la crónica de Zabala, que ahora me parece mas light que la primera vez q la lei.
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