Un conocido, a pie de playa, me dice:
- Nadie torea, cuando quiere, como Finito.
No puedo disimular mi cara de pasmo; él lo advierte, sigue:
-Fijate, cuando era novillero, en Còrdoba se llegaron a fletar trenes para ir a verle.
Doy por terminada la conversación, bueno, el monólogo. Me doy un baño.
Finito de Sabadell, último califa de Cordoba. El siguiente... ¿Chaparrito de Ourense?, ya te digo.
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