Es
necesario comentar y sin rodeos, acerca de la actuación ayer en Las
Ventas, del picador de toros Santiago Guillermo Rosales, pues es muy
significativa como ejemplo del estado profesional y artístico de la
fiesta de toros.
El
hecho de que el matador de toros José Carlos Venegas se vea en la
tesitura de contratar como picador a este señor el día de su
confirmación de alternativa, en plena feria de San Isidro y
probablemente en la tarde más importante de su futuro sólo puede
tener una explicación: la devolución de favores. Estamos hartos de
ver como matadores del circuito de Venegas se ven tentados de torear
en pésimas condiciones económicas, sin respeto alguno a su
profesión ni al traje que visten, por el simple hecho de ir buscando
una “oportunidad” como la que ayer tuvo el jienense y cuentan con
la complicidad de picadores y banderilleros que acceden a torear en
estas mismas penosas condiciones cuando si tuvieran que ser
contratados por su capacitación profesional no pisarían una plaza
de toros.
Pero
qué sucede, pues que esos favores se pagan y se pagan con creces y a
veces con la sangre propia, Venegas lo ha pagado ya. Por verse
obligado a devolver favores pudo ser herido gravemente por un toro
que se había quedado sin picar, crudo, y lo peor aun si cabe,
desperdiciando como hizo ayer una oportunidad de darle la vuelta a su
carrera profesional, porque con ese mismo toro bien picado, esa
violencia atemperada y esa transmisión podría haber obtenido un
triunfo grande en Madrid, triunfo que no llegó porque jamás pudo
domeñar a la fiera.
No
hay excusas para la nefasta actuación de Rosales, cierto es que el
caballo que le correspondió no es de los más fiables de la cuadra,
pero otros piqueros lo han montado durante esta misma feria y las
dificultades que presentaba el equino las suplían los profesionales
con solvencia y capacidad.
Pero
el que no tiene excusas es Juan Carlos Venegas por contratarlo. Él
pagó los favores pero los espectadores también perdimos la
oportunidad de ver la lidia de un toro en su esplendor.
Carlos Alonso
nota: en el programa lo anunciaban como Santiago Rosales, pero me dicen que es Guillermo
Nota: Por cierto, el otro picador de Venegas, Gabriel Mercado, estaba a similar nivel, como escribe Paz Domingo: "perpetró un asesinato en forma de vara trasera, provocando una disección a lo vivo en el lomo con el tamaño de una cueva paleolítica de la que manaba como un surtidor y a borbotones la sangre del infortunado."
nota: en el programa lo anunciaban como Santiago Rosales, pero me dicen que es Guillermo
Nota: Por cierto, el otro picador de Venegas, Gabriel Mercado, estaba a similar nivel, como escribe Paz Domingo: "perpetró un asesinato en forma de vara trasera, provocando una disección a lo vivo en el lomo con el tamaño de una cueva paleolítica de la que manaba como un surtidor y a borbotones la sangre del infortunado."
Muy duro el comentario respecto del matador. El picador mal, muy mal pero se ve que conocen poco la realidad del toreo. Fuera de las figuras el mundo es otro. Hay que cambiar la estructura interna del toreo y no criticar a un modesto que se jugó la vida delante de dos Cuadri con mucho que torear y de lo que salió airoso y con gran dignidad.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo.
EliminarGrande Juan Carlos Venegas.
En el toreo hay muchos modestos, que toreando poco pagan a sus banderilleros y picadores, y así no hay que devolver favores.
ResponderEliminarMe parece k el que a escrito este artículo no a leido ni el cartel de la corrida ya que no se llama Juan carlos el torero se llama JOSÉ CARLOS y por lo que he leído en muchas publicaciones no an sido críticas a la cuadrilla sino méritos al torero que la cuadrilla es importante pero creo que no ha visto la misma corrida que todo el mundo
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