Si se protesta una oreja a El Juli -sin mayoría pidiéndola y sin el propio torero paseándola en la vuelta al ruedo- entonces los del siete son unos reventadores y los que no opinan como el público ocasional son unos niñatos talibanes. Si se exige integridad en la presentación de la corrida, en el reconocimiento y en la lidia de las reses, entonces significa que quieres sentar cátedra y eres un advenedizo. Si le silbas a Fandiño cuando no engarza ni dos pases seguidos entonces eres un insensible y un mal aficionado.
Pero cuando insultas al presidente porque no le da la segunda oreja a El Juli entonces eso sí es correcto y es de ley. Cuando el toro se cae de salida, y el torero lo “cuida” para que dure y te roban dos de los tres tercios por los que tú abonas la entrada y exiges lo que has pagado, entonces es que vienes predispuesto de casa a fastidiar a las figuras. ( sigue... )
Oscar , en "Rebelión a bordo"
Nota: Si alguien quiere saber donde está el tan cacareado poder de El Juli, que se de una vuelta por los portales de internet y demás medios serviles
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