"Demasiados excesos
José Darío Pizano Wolf
Con tres cuartos del aforo, se celebró la segunda corrida de la temporada de Medellín, toros de Ernesto Gutiérrez, encaste Santacoloma Murube, muy justos de presencia, todos aplaudidos en el arrastre menos el segundo y al quinto “Conquistador” se le dio la vuelta al ruedo.
Saludaron desde el tercio Jaime Mejía tras parear al primero y al quinto y Ricardo Santana tras parear al quinto de la tarde.
José Ignacio Uceda Leal saludos desde el tercio y oreja tras aviso, con fuerte petición de la segunda y dos vueltas al ruedo.
Julián López “El Juli” Saludos y oreja.
Luís Bolívar dos orejas y silencio.
Salieron a hombros por la puerta de San Juan Luís Bolívar y el ganadero Miguel Gutiérrez.
Si miramos lo preliminares de esta crónica podría uno decir que fue una extraordinaria corrida, pero no fue tal, hubo excesos de aplausos, música, orejas y hasta vueltas al ruedo, con un encierro de muy escasa presencia, toreables de esos que van y vienen pero que a la hora de uno analizarlos… ¿bravos?... No fueron, y por eso digo que hubo excesos porque más de uno de los toros fue aplaudido en el arrastre sin merecerlo y porque al que se le dio la vuelta al ruedo tampoco la merecía.
Jose Ignacio Uceda Leal, a su primero le realizó una faena desangelada, trapazo va trapazo viene sin poderse acoplar con el toro, echando el pie atrás algunas veces, rematándola con un pinchazo bien señalado y estocada delantera y contraria.
Con el quinto de la tarde y digo quinto porque el orden de la lidia fue cambiado, para que El Juli tomara el avión que lo esperaba para viajar, fue otro cantar, instrumentó la mejor faena de la tarde con pases por derecha e izquierda templados y ligados bajando muy bien la mano, sobre todo por izquierda, recordando los de otras temporadas, rematando la faena con una estocada hasta la empuñadura, para que el toro doblara después de sonar un aviso. La presidencia concede una oreja y apresuradamente le concede la vuelta al ruedo al toro, pues no falto quien se atreviera hasta pedir el indulto de este novillote.
“El Juli”, pasó por Medellín, sin pena ni gloria, instrumentó un par de faenas desangeladas, colocado al hilo del pitón, toreando con el pico de la muleta, pensando más en el avión que lo esperaba que en los enemigos que tenía al frente, vino a cobrar, más nada. Por eso decía mucho exceso, de todo, porque no hay derecho a que se le otorgara una oreja después de un pinchazo, estocada tendida y trasera y descabello. Es que este público de Medellín…
Luís Bolívar, con el tercero de tarde, realizó una faena ligada y templada, con muy buenas tandas por derecha e izquierda que le valieron para que la presidencia le otorgara generosamente las dos orejas, después de rematar la faena con una estocada desprendida.
Con el sexto de la tarde, tal vez el más bravo de todos y cuando se presagiaba una gran faena en los preliminares el toro le desarma y allí quedo todo, porque en vano trató de templarlo, pero nunca pudo acoplarse con su enemigo, remató la faena con pinchazo al encuentro, estocada desprendida y descabello.
Tarde donde hubo mucho de todo pero poca esencia de lo que es torear. "
José Darío Pizano Wolf
Con tres cuartos del aforo, se celebró la segunda corrida de la temporada de Medellín, toros de Ernesto Gutiérrez, encaste Santacoloma Murube, muy justos de presencia, todos aplaudidos en el arrastre menos el segundo y al quinto “Conquistador” se le dio la vuelta al ruedo.
Saludaron desde el tercio Jaime Mejía tras parear al primero y al quinto y Ricardo Santana tras parear al quinto de la tarde.
José Ignacio Uceda Leal saludos desde el tercio y oreja tras aviso, con fuerte petición de la segunda y dos vueltas al ruedo.
Julián López “El Juli” Saludos y oreja.
Luís Bolívar dos orejas y silencio.
Salieron a hombros por la puerta de San Juan Luís Bolívar y el ganadero Miguel Gutiérrez.
Si miramos lo preliminares de esta crónica podría uno decir que fue una extraordinaria corrida, pero no fue tal, hubo excesos de aplausos, música, orejas y hasta vueltas al ruedo, con un encierro de muy escasa presencia, toreables de esos que van y vienen pero que a la hora de uno analizarlos… ¿bravos?... No fueron, y por eso digo que hubo excesos porque más de uno de los toros fue aplaudido en el arrastre sin merecerlo y porque al que se le dio la vuelta al ruedo tampoco la merecía.
Jose Ignacio Uceda Leal, a su primero le realizó una faena desangelada, trapazo va trapazo viene sin poderse acoplar con el toro, echando el pie atrás algunas veces, rematándola con un pinchazo bien señalado y estocada delantera y contraria.
Con el quinto de la tarde y digo quinto porque el orden de la lidia fue cambiado, para que El Juli tomara el avión que lo esperaba para viajar, fue otro cantar, instrumentó la mejor faena de la tarde con pases por derecha e izquierda templados y ligados bajando muy bien la mano, sobre todo por izquierda, recordando los de otras temporadas, rematando la faena con una estocada hasta la empuñadura, para que el toro doblara después de sonar un aviso. La presidencia concede una oreja y apresuradamente le concede la vuelta al ruedo al toro, pues no falto quien se atreviera hasta pedir el indulto de este novillote.
“El Juli”, pasó por Medellín, sin pena ni gloria, instrumentó un par de faenas desangeladas, colocado al hilo del pitón, toreando con el pico de la muleta, pensando más en el avión que lo esperaba que en los enemigos que tenía al frente, vino a cobrar, más nada. Por eso decía mucho exceso, de todo, porque no hay derecho a que se le otorgara una oreja después de un pinchazo, estocada tendida y trasera y descabello. Es que este público de Medellín…
Luís Bolívar, con el tercero de tarde, realizó una faena ligada y templada, con muy buenas tandas por derecha e izquierda que le valieron para que la presidencia le otorgara generosamente las dos orejas, después de rematar la faena con una estocada desprendida.
Con el sexto de la tarde, tal vez el más bravo de todos y cuando se presagiaba una gran faena en los preliminares el toro le desarma y allí quedo todo, porque en vano trató de templarlo, pero nunca pudo acoplarse con su enemigo, remató la faena con pinchazo al encuentro, estocada desprendida y descabello.
Tarde donde hubo mucho de todo pero poca esencia de lo que es torear. "
Nota: dar las gracias a estos aficionados por hacernos llegar sus crónicas.
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