lunes, enero 21, 2008

Crónica de la primera tarde de la feria de Medellín


Reinaldo Wolff Idarraga nos envía esta crónica escrita por el aficionado José D. Pizano:
"Con una sosa corrida mixta, se inició la temporada 2008 de la plaza de toros la Macarena de Medellín, y no por culpa del ganado propiamente, sino por los alternantes que en ocasiones mostraron su falta de oficio antes los toros que les tocaron en suerte. En Tarde soleada y con media plaza se lidiaron dos toros de la ganadería de Dosgutiérrez, encaste Murube- Santa Coloma, escasos de presencia pero de buen comportamiento, para el rejoneador Joao Moura (hijo) y seis de la ganadería de Santa Bárbara encaste Domecq, de juego y presencia dispar, para los toreros Hernán Ruiz “El Gino”, Cristóbal Pardo y Ramsés Ruiz.
El rejoneador Moura, que venía precedido de mucho cartel, a decir verdad quedó en deuda con la afición pues si bien es cierto posee una hermosa cuadra de caballos, a los cuales dejo golpear bastante por los toros, estos solos no bastan para ejecutar bien el arte de Marialba sobretodo porque los rejones y farpas se deben clavar al estribo y en todo lo alto y no a la grupa y desprendidos o traseros, como fue la gran mayoría, a esto hay que sumarle lo mal matado de sus toros, al primero después de dos rejones hecho pie a tierra para descabellarlo, acertando al primer intento, al quinto que despeno de un rejón demasiado trasero y contrario, provocando la muerte rápida del toro, lo que la presidencia premió con una muy larga oreja que pedían cuatro pañuelos en la plaza.
“El Gino”, que hacía su debut en la Macarena después de siete años de alternativa, en su primero un toro de muy bonita lámina con trapío se fue pronto al caballo del picador Bulla, que cuidaba la puerta provocando tumbo, no tanto por la fuerza del toro, sino por la falta de fuerza del caballo, el cual casi no lo paran convirtiéndose la plaza en un herradero, capotazo va, capotazo viene, esto hizo que el toro se fuera parando acabando muy tardo en la muleta o buscando las tablas, a esto hay que sumarle la falta de colocación del torero, al hilo del pitón lo que hacia más difícil la brega. Con el sexto toro un colorado ojo de perdiz anovillado, que recargó en los caballos, fijo en los medios y sin abrir la boca, se cansó de embestir y embestir y el Gino nada y nada de torear, despachó al burel al segundo intento de descabello precedido de una estocada contraria atravesada y pescuecera, un pinchazo y otra estocada delantera y contraria.
Cristóbal Pardo, unas de cal y otras de arena, en su primero estuvo bien, tandas por derecha y tandas por izquierda ligando y templando al toro, elaboró una faena corta pero efectiva, la cual malogró con la espada, con dos estocadas de mala factura, la primera desprendida y atravesada y la segunda muy desprendida provocando profuso derrame, para que el toro doblara sin puntilla después de resistirse a doblar y haciéndole sonar un aviso al matador. En el séptimo de la tarde un toro Albahío, alto de agujas, al que “Luisín” instrumentó una buena vara, inició la faena con una buena tanda de derechazos, pero esta se fue diluyendo ante el desorden del matador que no sabía que era lo que quería hacer, una faena desordenada y con falta de ritmo y ligazón, faena que culminó con una estocada muy desprendida.
Ramsés, pechó con los dos toros más mansos del encierro, en el cuarto de la tarde, porfiando en los medios con un toro que desde el tercio de banderillas ya quería irse a las tablas, nada pudo hacer, se le abona la voluntad de querer hacer algo despacha a su enemigo de estocada en todo lo alto, después de dos pinchazos y cuando el toro doblaba escuchó el recado de Usía. En el octavo, cuando ya había caído la noche y la gente no veía la hora de que acabara aquello, otra vez porfía con un toro que más que embestir, atropellaba buscando la salida a las tablas.
Lánguida apertura a esta nueva versión de la temporada de la Macarena 2008."
Foto: Plaza de la Macarena

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