por Joaquín Camacho Ruiz,Presidente del Club Taurino de Villanueva
Nº 6 de la Revista "Cerro de San Albín" Año 2002
(...)
¿Qué estilo o concepto de feria nos atrae más?¿Qué filosofía de planteamiento tienen las empresas a la hora de confeccionar sus ferias? Una vez más, y con la ilusión puesta en cada temporada que se inicia, se van organizando y presentando a los aficionados las distintas ferias taurinas. Observamos, a poco que nos detengamos a analizar la confección de los carteles, como unas empresas optan, independientemente de la categoría de la plaza, por hacer actuar a las susodichas figuras con las ganaderías que ellas mismas requieren. Otras empresas prefieren apostar por el elemento esencial de la fiesta: el toro. En esta opción los encargados de montar sus ferias eligen con sumo esmero el ganado que saldrá al albero para ser lidiado por los toreros dispuestos a ponerse delante.
En la otra filosofía la empresa se pone al servicio de las figuras en detrimento de la autenticidad del espectáculo. Aquí eligen los toros los veedores de los toreros, ellos los proponen a las empresas que quieren contratarles, cuando no el baile de toros el día del reconocimiento, porque el padre de la figura de turno no le gusta éste o aquel cornúpeta, convence al veterinario o más bien al presidente del festejo para que acepte su capricho "bovino"´; olvidando el Sr. Presidente de velar por los intereses de todos y más aún del pagano aficionado que pasa por taquilla y mantiene el tinglado. (...)
¿Qué estilo o concepto de feria nos atrae más?¿Qué filosofía de planteamiento tienen las empresas a la hora de confeccionar sus ferias? Una vez más, y con la ilusión puesta en cada temporada que se inicia, se van organizando y presentando a los aficionados las distintas ferias taurinas. Observamos, a poco que nos detengamos a analizar la confección de los carteles, como unas empresas optan, independientemente de la categoría de la plaza, por hacer actuar a las susodichas figuras con las ganaderías que ellas mismas requieren. Otras empresas prefieren apostar por el elemento esencial de la fiesta: el toro. En esta opción los encargados de montar sus ferias eligen con sumo esmero el ganado que saldrá al albero para ser lidiado por los toreros dispuestos a ponerse delante.
En la otra filosofía la empresa se pone al servicio de las figuras en detrimento de la autenticidad del espectáculo. Aquí eligen los toros los veedores de los toreros, ellos los proponen a las empresas que quieren contratarles, cuando no el baile de toros el día del reconocimiento, porque el padre de la figura de turno no le gusta éste o aquel cornúpeta, convence al veterinario o más bien al presidente del festejo para que acepte su capricho "bovino"´; olvidando el Sr. Presidente de velar por los intereses de todos y más aún del pagano aficionado que pasa por taquilla y mantiene el tinglado. (...)
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