Estoy de acuerdo con vosotros. La estampa de Ortega Cano en los ruedos de hoy tiene un amargo regusto esperpéntico.
De cualquier forma, a veces pienso que su regreso ha merecido la pena sólo por oír los magistrales versos que le dedicó Antonio García Barbeito:
"Otra vez al pasar frente el espejo, esa voz que te llama y te despierta y te dice bajito: ya no quieres mirarme y corregirte la sombrera, ya no sabes mirar de medio lado y medirte la planta. (...) Y otra vez esa voz, la tuya misma, que repite y repite: venga, venga. Tú puedes, todavía estás a tiempo..."
hace demasiado de eso... se hubiese quedado mejor en casa.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con vosotros. La estampa de Ortega Cano en los ruedos de hoy tiene un amargo regusto esperpéntico.
ResponderEliminarDe cualquier forma, a veces pienso que su regreso ha merecido la pena sólo por oír los magistrales versos que le dedicó Antonio García Barbeito:
"Otra vez al pasar frente el espejo, esa voz que te llama y te despierta y te dice bajito: ya no quieres mirarme y corregirte la sombrera, ya no sabes mirar de medio lado y medirte la planta. (...) Y otra vez esa voz, la tuya misma, que repite y repite: venga, venga. Tú puedes, todavía estás a tiempo..."
La culpa es de Ortega, pero también de todos los palmeros que están a su lado.
ResponderEliminar¿Ortega Cano? ¡¡¡ TORERAZO !!!
ResponderEliminarJunto tantos recuerdos del Maestro...¿alguien pudo verle indultar al Santa Coloma de Ana Romero en Granada? buuuffff
Lástima que se arrastre por las plazas a día de hoy, con la GLORIA que dio al Toreo...