Triunfalismo barato

El Juli ha cortado una oreja al cuarto toro de la tarde y Manzanares dos al sexto con dos faenas descafeinadas a dos bichos de Núñez del Cuvillo justitos de fuerzas y casta que tomaban la muleta sin ofrecer problemas a su oponente. Manzanares se ha visto en un apuro pero creo que fue él quien atropelló al toro que le descosió la taleguilla.
Toreo mediocre, vulgar, perfilero, lineal, fuera de cacho, sin hondura, mentiroso nos han ofrecido ambos toreros y también Castella que no ha obtenido trofeo pese a ser un especialista en el corte de orejas regaladas.
Faenas largas, sin enjundia, con más pases de los que los toros aguantaban sin rajarse y carentes de dominio, sin mando. Estos toreros tratan de llegar a un acuerdo con el toro para que aguante un sin fin de muletazos sin que el toro se resienta, sin menoscabo de sus fuerzas, y raramente lo logran, claro. Se trata de pasear al toro por la arena, ahora para acá, ahora para allá, vuelta para acá, de nuevo para allá y el toro pasa por la muleta sin doblarse, humillando un poquito para que quede vistoso pero con el desgaste mínimo, así el toro nunca se siente toreado, no pide la muerte porque no se siente derrotado, no se le ha domeñado. La mayoría se van al desolladero sin torear que decimos los aficionados.
Buena la estocada de Manzanares al sexto, en el platillo de la plaza y recibiendo, hasta la bola, lo mejor de la tarde sin duda junto a una serie de naturales del Juli justo antes de que se rajara su segundo toro.

La ganadería de Núñez del Cuvillo no ha sido capaz de completar la corrida que ha sido remendada por dos toros de Ortigao Costa, el primero, excesivamente gordo y sin el trapío que Madrid debería exigir y el quinto inválido ha sido devuelto y sustituido por el primer sobrero de Carmen Segovia, descastado, sin fuerzas y sin clase.
Las sustituciones, ya se sabe, empeoran casi siempre al sustituido.
Lastimoso que en la corrida de cartel de toreros más interesante que presenta la feria (sobre el papel) con todo los billetes vendidos, una parte muy importante en la reventa, la empresa sea incapaz de traen seis toros dignos de esta plaza. Esto ocurre desde que los toreros, fundamentalmente las figuras, son los que eligen las ganaderías y mandan a sus propios veedores al campo para escoger los toros, algo que nunca se tenía que haber permitido.

Pero el público ha ido ha ido a la plaza a divertirse y a ver cortar orejas y lo ha conseguido, sacando el pañuelo, abroncando al Presidente, chillando a los disconformes, acallando a voces las críticas, faltando a los exigentes, contraviniendo la lógica del arte de torear. Cualquier forma es buena con tal de poder contar mañana que han visto a Manzanares salir por la puerta grande de las Ventas. Pues que lo disfruten.

Jandro
miércoles, 18 de mayo de 2011