Es a lo que vamos y de lo que venimos. El final de esta era moderna sustanciada en la más ridícula modernidad. Es la engañifa colateral. Me explico. Cuando todo va de pura pena es cuando más se pondera la grandilocuencia, una obligación grotesca, descabellada, insustancial, vergonzosa y vergonzante, increíble, amenazadora, tergiversada, y por supuesto tan mentirosa como la misma materia de tanta idiocia. Cuando todo lo que se consume es bazofia de la buena, se hace urgente encarecer tanta aberración. Ya hay sobrepoblación que quiere vivir de esta juerga.
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