Víctor Barrio pidió lidiar en San Isidro una novillada de Santa Coloma, y ahí estaba ayer en el túnel de cuadrillas, dispuesto a todo, dispuesto a comerse el mundo...es decir, a ser TORERO.
Juan del Álamo estaría ayer viendo el festejo por el Plus o entrenándose para su "gesta" de matar seis garcigrandes en Salamanca.
En el corazón de los aficionados ya no quedan rescoldos de esa rivalidad. Sólo queda el nombre de Víctor Barrio, quien ayer nos metió un chute de ilusión.
Foto: Juan Pelegrín
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