(...).Hay otros que dejan en la furgoneta sus anhelos de gloria y comparecen ante el toro poniendo pegas: la muleta retrasada, el viaje vaciado siempre hacia afuera y en el momento supremo de ligar, se acuestan, colocan la pierna contraria retrasada y sueltan trapo como si en vez de la plaza faenaran en una regata. Es el toreo moderno; es el da lo mismo porque el año que viene está aquí y de lo del Pilar no se acuerdan ni en Zaragoza. Es la neotauromaquia; el quítate tú para ponerme yo; la aberración total de corridas como la de ayer en La Misericordia: una de tantas, toros febles y toreros con aliteración de sí mismos; toreros atorados a pesar de no torear, como aburridos, toreros tristes y afectados(...)
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