jueves, enero 04, 2007

Un texto de Salvador Fernández Álvarez

Nos lo manda Puntillero:
"Un día divisamos al Conocedor, era El Quemao y seguimos contemplando el desfile...; de pronto un toro supo desarroparse del abrigo de los cabestros y torció a la izquierda buscando la defensa de un pinar cercano...La garrocha al hombro, sin escofinar, rígida, inflexible -majagua pura- formaba una cruz con el jinete; después se convirtió en espada cuando los cuernos de Pelegrino quiseron ser cuchillos...El Conocedor desafió al toro, que en arrancada de vértigo buscó la doble presa..era el momento de que la cruz se convirtiera en espada, y El Quemao espoleó a la jaca, balanceó la garrocha y buscó al enemigo, el hierro punzante se clavó en los cuartos traseros del toro, brotó sangre..., Pelegrino se entregaba a sus compañeros con el bochorno de la impotencia.
Que digan cómo se peina la cola los viejos centauros de la Isla; que hablen los Díaz, los Mayo, los Quemaos...Y si la voz de los actuales no sirve por adaptada, repasemos la historia de sus padres y abuelos nacidos y criados en La Isla.. A nuestros oídos llega el doblar reciente de las campanas de Coria por Migueliyo el Niño. El cortijo de Cuarto envía mensajes al de los Gallos con relatos del Conocedor famoso, y todavía los descendientes de Don Eduardo piden pañuelos para secar lágrimas en el entierro del Nino... Si Migueliyo viviera nos podría contar la historia de cuarenta años viendo cómo peinaban los toros la cola de su caballo...".
Del libro "Prosas de vega y marismas" original de Salvador Fernández Álvarez (1947).

Gracias Puntillero.

1 comentario:

  1. De nada chico, gracias a todos vosotros. El libro es una auténtica joya, retrata fielmente la vida en la marisma a principios del siglo pasado, habla del toro y de sus gentes, de sus costumbres, de las riadas, de ganaderos legendarios, etc. Además el prólogo es de José María de Cossío y las ilustraciones de Martínez de León. Pero no lo busqueis en librerías que no lo encontrareis desgraciadamente.

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