jueves, enero 11, 2007

El toreo de adorno

"El toreo de adorno es otra cosa: las chicuelinas, dejar pasar al toro con los pies juntos, el kikirikí, las cositas esas que son bonitas - qué duda cabe - y que también tienen mérito, porque todo lo que se haga al toro con gracia y "con ese cuerpo" es plausible; pero yo no siento ese toreo. El toreo, lo mismo que el cante, que en todo lo que hagas, que en todas las profesiones artísticas, es sentimiento: el que lo ejecuta tiene que sentir lo que hace, para poderlo transmitir; si lo hace sin sentimiento, no transmite, y para lograrlo es muy importante que el torero se enfrente a cada toro con frescura, improvisando lo que el toro le pida, porque el toreo no se puede traer hecho de casa. Naturalmente, yo me he adornado con justeza y creo que "he estado bonito" al rematar una serie de pases con un afarolado, con un molinete o un cambio de mano y al salir de la cara del toro con aire torero, esto es improvisando de acuerdo con el sentimiento del momento, pero no con esas "reolinas" que hoy vemos"
"El Toreo Puro". Rafael Ortega

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