lunes, mayo 20, 2013

Pepe Luis

Pepe L. Vázquez desvela el toreo. No lo dejará dormir. Ni siquiera ahora. Un toreo natural. De la calle, de aperos, “chismes” mínimos: capote para torear al aire de la calle, como para hacer la tora al sol, sedoso como una cortina, la muleta también sintética y el cuerpo naturalmente asentado. La gracia traspasa el papel fotográfico. Su hijo tiene también ese sello, más Bienvenida creo. Ahora a salvo de Morantinas excepciones, va por otras calles, si aquel toreo transitaba por calles de Triana, este de ahora transita por la “burbuja”, por la frivolidad de las calles anchas y  vacías. Toda aquella creación del toreo clásico pasado por Belmonte, Chicuelo y Manolete, es ahora cuestionado por el toro del siglo XXI, en el que cruzarse, dar el pecho, cargar la suerte, es las más de las veces un recurso literario y estilístico, que un fundamento técnico y necesario.
De Purísima y Oro (Les enlazo al post

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