jueves, mayo 23, 2013

Iván Fandiño corta la primera oreja de San Isidro

Cuando un torero llega dispuesto a triunfar, no hace falta que lo pregone. Se ve, se nota, se siente. Y es la forma de andar, de colocarse, de saludar, de citar… En una palabra, la pasión por el triunfo es una forma de estar. Y ese mensaje tan claro, tan concluyente, se expande por los tendidos como la pólvora. Es algo inexplicable, pero hasta el más profano entiende que allí abajo pasa algo importante.
Y Fandiño llegó a las Ventas con la encomiable decisión de salir por la puerta grande; y no lo consiguió, sobre todo, porque un pitón astifino se cruzó en su camino y lo mandó a la enfermería. Pero ese pitón atravesó el muslo porque el torero estaba donde los toros pueden coger.(...)
 La corrida se acabó ahí
Antonio Lorca ( Aquí su crónica en El País


Después de ver a tanta cantidad de pegapases como abundan en el escalafón, por fin ha aparecido hoy en Las Ventas un joven vizcaíno de Orduña que quiere ser torero de verdad, de los de antes y muy diferente a la mayoría de los que están llevando al ocaso a esta maravillosa y singular profesión. (...)
salió el que hizo segundo y que le correspondió a Fandiño, un toro manso al que casi no se pudo picar porque escapaba en cuanto sentía el palo, de embestida incierta y futuro aún más incierto. Pero llegó a la muleta con alegre embestida y repetición y queriendo comerse... a todo lo que se moviese. Hacía mucho viento y los papelillos andaban por terrenos del 5. Y hasta allí se fue el torero, citando al toro con los pies asentados y firmes. Lo único que se movía era la muleta para dirigir las embestidas por abajo, rozando el albero, domeñarlas, en resumen dominar al toro y obligarle y demostrarle quién era el que mandaba allí. Justo, los cánones del toreo eterno y de verdad. Esta vez la gente, tanto los aficionados como los isidros y los claveleros, comprendió esa verdad y todos a una jalearon clamorosamente desde el inicio la faena del torero que, allí abajo, con la firmeza y el poderío que sólo tienen unos pocos elegidos, estaba creando la eterna tauromaquia. Tan sólo algunos le pusimos un pero, que debía haber entrado a matar un poco antes y tal vez se pasó de faena. Pero comprendemos también la embriaguez que debió sentir al comprobar cómo había convertido a un toro manso e inicialmente peligroso, encastado y codicioso en un perrillo faldero y obediente gracias a su dominio de los terrenos y las distancias y a la firmeza y quietud de sus pies. Y además escuchar los rugidos que le llegaban desde los tendidos. Ese alargamiento de faena produjo posteriores dificultades al cuadrarlo para la suerte suprema, pinchándolo entre la decepción general. A continuación volvió a entrar a matar o morir y sin darse salida alguna se volcó sobre los pitones para dejar una estocada arriba, aunque el toro se lo echó a los lomos asestándole una certera cornada
Joaquín Monfil (Opinión y Toros


Llegó Iván Fandiño y con él la verdad, llegó Fandiño y con él la feria cambió de color. Con él se acababa el trapaceo y el jugar al despiste con el personal. Ya no había lugar para las ventajas, esas lindezas que exhiben quienes no saben a qué se dedican. El oficio de torero es muy duro, hasta que llegaron unos cuantos y lo hicieron blando.

Pero llegó Iván y la verdad resplandeció. Aficionados de antes, feriantes de colores y público de paso, pudieron ver el camino que sigue un torero enfrentado a su compromiso con un toro y con Madrid. Lo demás son florituras que se pueden comprar en ‘un chino’ a poco que aprendan de la baratija del toreo moderno.
Antolín Castro (Opinión y Toros

es absolutamente imprescindible contar con alguien que, como él, no centra su toreo en la constante pérdida de terreno y se arriesga –¡incluso!- a ganarlo o a cargar la suerte sin artificiosidad y mentiras contemporáneas.
Rafael Cabrera ( Recortes y Galleos

Foto: Juan Pelegrín

5 comentarios:

  1. Así se tiene que venir a Madrid, espero que le guste mi crónica http://blog-de-tauromaquia.blogspot.com.es/2013/05/madrid-220513-el-cid-ivan-fandino-y.html

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  2. La primera no fue de Perera?

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  3. Anónimo la primera oreja cortada la de perera, ahora bien la primer oreja ganada a pulso y de verdad la fe fandiño

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  4. Faenón de Fandiño. Importantísimo.
    Toro muy interesante pese a ser de una de esas ganaderías que poneis en letra minúscula.
    Por último me gustaría denunciar que justo antes de entrar a matar alguien gritó "ese toro se va sin torear" ¿No deberíamos, como aficionados, empezar a denunciar esas actitudes? Aun sin entrar en el contenido, creo que hay momentos más oportunos para decirlo. En cualquier otro espectáculo en el que nadie se juega la vida, te echan por mucho menos.
    Saludos

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  5. la primera oreja "decente" de las cuatro o cinco que van, exceptuando esta las demas han sido de regalo

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