Orson Welles (el papa negro)

Javier: Recibo una corta misiva de Orson Welles en la que intenta explicar sus carcajadas.
Un abrazo

ORSON WELLES
Torero frustrado. Amigo del maestro de Ronda.
Señor Papa Negro: Cercanas y en umbroso pozo reposan mis cenizas pero no mi espíritu que sigue vagando por España , fascinante país que de forma obsesiva continúa acaparando la atención de mi pequeña cámara de 16 mm. En ella permanece vivo mi ojo insomne.
Le ruego que no equivoque mi carcajada: Sepa que los modernos tiempos han matado a mi Don Quijote de forma irreversible y de Sancho quedan los restos de un actor amigo que confunde su papel con resabios de sed de mal y aspecto de mafioso de frontera o de alcalde ostentoso con bisoñé. En eso ha quedado Sancho el bueno y ese es el saldo de la mejor literatura. Nada. ¿ Cómo no soltar una carcajada?
Vengo de filmar los pinos de Doñana con la corteza chamuscada por una extraña fe de romería de masas y por el paso de cientos de carretas y lujosos “simpecados”.
( Simpecados: Maravillosa palabra de un idioma moderno y laico). ¿Cómo evitar la carcajada?.
He estado en la Semana Santa de Sevilla, donde una revolución cofrade ha hecho saltar la catenaria de un moderno y ridículo metro de superficie incompatible con los palios de “LAS DOLOROSAS”. “¡Suspendido el kilovatio. Viva el cirio!”, proclamaban los penitentes de un país europeo y progresista. ¿Cómo contener la carcajada ? .
Por último, he recalado en la capital de este reino de taifas donde he asistido al aquelarre de unos conversos a la nueva fe taurina, adoradores de un silencioso y ensangrentado mesías que lleva el cetro del toreo. Que siga Antonio en su tumba de Ronda, un clásico no aguantaría estos tiempos banales. Al cabo yo, en mi condición de cómico, no necesito tierra sagrada, reclamaré la voz de Falstaff, mi eterno alter ego, y saldré borracho a escena diciendo con voz cavernosa:
-“ ¡Señor , Señor… la de cosas que hemos visto. ¡! Mienten más que católicos-laicos a machamartillo y siguen siendo pícaros de pura cepa pero se proclaman modernos ¡!”-
… ¿Cómo aguantar la risa Señor mío?, yo nací alrededor de las tres de la tarde, con una cabeza blanca, y con una tripa algo redonda que ya reclamaba vino de Canarias…