Mi último apunte sobre la tarde de Talavante

Los aficionados nos pasamos gran parte del tiempo quejándonos de que todos los toreros son iguales, que no dicen nada, que no hay quien les distinga, que parece que llegan a Madrid como propietarios de diez cortijos...etc. Hablando de esas calamidades pasamos las horas.

Pues bien, el domingo vino a confirmar la alternativa un torero que quería demostrar que lo era, un torero con ganas de abrir al mismo tiempo la Puerta Grande de Las Ventas y del Banco de España (que escribiría Israel). Y allí estuvo, emocionandonos a todos, o a casi todos.
Esa es la noticia.

Para hablar de su izquierda, de su manera de entrar a matar, de su verticalidad, etc etc, ya tendremos tiempo. No lo duden.