Hoy no hemos visto torear en toda la tarde, se ha hecho muy larga la corrida y si no que le pregunten a López Simón cuál ha sido la reacción del público cuando, ya pasado de faena (es un decir) intentaba seguir dando pases al moribundo primer sombrero pasadas las nueve de la noche.
Todo tiene un límite y la paciencia del público de las Ventas también, hacía ya mucho tiempo que el público había desconectado de la corrida seguramente por la mala calidad de los toros del Pilar que han salido descastados unos, sin fuerza otros, muy mansos los dos primeros y derrengado el sexto que ha sido devuelto, un verdadero regalo para los diestros que se han limitado a cumplir con su cometido, cada uno como ha podido ante semejante desfile de coloraos:
El Fandi ha puesto banderillas como un atleta, ha manejado el capote con soltura y con la muleta ha propinado trapazas sin cuento a sus oponentes.
David Mora ha tratado de justificar su inclusión en este cartel sin conseguirlo debido a la falta de calidad de los toros, pero al menos ha matado bien.
López Simón ha intentado practicar su toreo despegado, perfilero y de alivio y ha sido muy jaleado por el sector joven de la plaza que parece que les gusta, seguramente porque no tienen modelos de comparación.
Después del tercio de banderillas de El Fandi al cuarto toro y ante la zafiedad y vulgaridad de su toreo de muleta el público ha desconectado y durante el resto de la corrida ha pasado el tiempo charlando con los compañeros de localidad o con los móviles. Se ha perdido la atención porque lo que pasaba en el ruedo carecía del más mínimo interés, y como la plaza es incómoda y el tiempo oro, sólo había un deseo: largarnos por donde habíamos venido.
Y nos hemos ido renegando del ganado, de los toreros, del empresario, como tantas veces. Lamentable.
Jandro
viernes, 27 de mayo de 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario