UN DESTELLO, MUCHO ABURRIMIENTO Y EL LÓGICO DESVARÍO:
Mi primera semana de feria transcurrió entre el aburrimiento,
el sopor y la exasperación. Lo habitual, en suma. Con una luminosa excepción,
la faena del resucitado David Mora al excelente “Malagueño”.
Javier “el bombero”, el controvertido vocero del sector
numantino de la andanada del 9 me asegura que el citado “Malagueño” se toreaba
solo. Estoy acostumbrado a su insobornable exigencia de “pata adelante” a los
coletudos. Pero hubo en la faena de Mora, con calidad de principio a fin, un
ritmo, una cadencia y una pulcritud que fueron indudable aportación del
diestro.
Por lo demás la cutrez cotidiana, ganadera y toreril alcanzó
niveles cenitales, el 25, con el baile de corrales alrededor de los Jandilla y
la posterior “epifanía” de los infumables “Vellosino”. El amigo J.R. Márquez,
es el Robespierre de la crítica taurina. Sus socarronas, pormenorizadas e
implacables reseñas en el blog “Salmonetes ya no nos quedan” suelen ser
bastante más necesarias, muchos días, que la propia corrida. Pero además parece
que goza de cierto "sonar" de acceso a las turbias interioridades del
“mundillo”. Y lo que me cuenta de ese fangoso trasfondo pone los pelos de
punta.
Yo no tengo acceso a nada, ni siquiera, tal vez, a la calidad
de aficionado decente. El ínclito Jorge Laverón siempre consideró que yo sabía
menos de toros “que una monja belga” y es de temer que le asista buena parte de
razón. El caso es que desde mi incompetencia presencié abochornado el destoreo
cutre del Juli y el patético sonambulismo de Perera. Y así nos fue todos estos
días.
Mi estado depresivo me lleva a exhibir hoy, aunque muy
someramente, algunos de mis más patéticos desvaríos: El primero no hace más que
ejemplificar la lúcida advertencia que el Duque de Veragua le hiciera a
Francisco Cúchares, epónimo de nuestra descalabrada afición, un día que este le
contaba sus ínfulas ganaderas: “Desengáñate, Curro, que nunca los buenos
tocaores han hecho las buenas guitarras”. Sueño con unas disposiciones legales
que prohibiesen el ejercicio de las labores ganaderas a los toreros retirados.
Sueño con una situación en que los ganaderos amantes del Toro pudiesen criarlo
sin la presión disolvente de las “figuras”.
Para ello sería imprescindible acudir a un riguroso sorteo de
las corridas. Estoy seguro que existen protocolos y procedimientos
administrativos que permitiesen arbitrar tal posibilidad ¡Esto quiere decir que
le podría tocar Miura a Morante y Nuñez del Cuvillo al Fandi! ¿Aberrante,
grotesco? No voy a seguir aburriendo ni contar por qué creo que terminaría
siendo la única y frágil posibilidad de revitalizar la Fiesta.
El desvarío no está tanto en mis alocadas propuestas como en
la total inexistencia de una opinión pública taurina recia e influyente. A los
toros van algunos aficionados y mucho público que se aburre aplaudiendo y
aplaude aburriéndose. Un público al que no le afecta una tauromaquia diluida
porque su amor a los toros es así mismo diluido al punto de que una brutal
prohibición o desaparición de la Fiesta también se diluiría, sin el menor
trauma, en la cuenta de pérdidas y ganancias de su memoria.
1. Mora sale a hombros, me comentan, no de los tradicionales
"capitalistas" sino de amigos y seguidores que le han rodeado tras la
tragedia y durante el largo camino de regreso a los ruedos. La
"cruel" tauromaquia tiene esas cosas.
2. "Au dessus de la mêlée" desde la andanada del 9.
3. Fandiño mariposea en un decente quite por gaoneras.
4. "Reloj no marques las horas, porque voy a
enloquecer...."
Jean Palette Cazajus
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