Ponce no ha renunciado al toreo moderno que él mismo inventó siguiendo la estela dejada por Espartaco y Dámaso González sobre el toreo despegado y el pegapasismo respectivamente pero su entrega e interés en agradar al público han trascendido en todo momento, comentan que está de retirada, pero no lo creo, es muy joven, conserva la mejor cabeza aplicada a la tauromaquia que jamás se haya visto y su experiencia y categoría dentro del escalafón le facilitan el trabajo a elección propia: ganaderías, plazas, compañeros de terna, etc.
Aquí en Madrid se ha prodigado poco, después de su primera época de novillero y sus primeros años de matador en la que la plaza estaba totalmente rendida a él, empezó a molestarse por la exigencia de una parte de la afición a la que no convencía su toreo moderno, pero prefirió la cantidad a la calidad, empezó a torear más de cien corridas al año e impuso ese toreo moderno plagado de alivios y adornos eligiendo toros que se acoplaran a esas condiciones, y así se forjó su historia de figura del toreo, que no de maestro a pesar de tener cualidades inmejorables para ello.
Pero hoy la plaza de Madrid ha sido generosa con Ponce, no podía ser de otra manera viendo el interés que ponía en su actuación, ha sido un bonito reencuentro, casi emocionante.
Nos gustaría volver a verle, y si pudiera ser con toros más encastados, los que ha elegido para hoy no han sido muy boyantes: los típicos del Puerto de San Lorenzo: poca casta, mansotes y con las fuerzas justas. Ha sido devuelto el cuarto y el sobrero de la misma ganadería y el segundo sobrero de Valdefresno era un buey o al menos se comportaba como tal.
Por su parte Daniel Luque también ha tratado de agradar, muy insulso el tercero no han transmitido nada ni toro ni torero, sin embargo en el quinto ha aparecido la magia del capote de Luque y ha compuesto dos verónicas u una media primorosas, con la muleta no ha redondeado una faena digna de elogio a pesar de algunos pasajes interesantes.
Ha confirmado la alternativa Román, torero valenciano que ya cortó una oreja en Madrid de novillero. Ha estado muy valiente en todo momento, su primero ha perdido una pezuña durante los primeros pases de muleta, dos estatuarios y uno de desprecio muy contundente han sido suficientes para doblar al toro y que en un traspiés perdiera una pezuña. Ha tenido que matar sin más y ha dejado buen sabor al igual que en el sexto que era el toro más encastado de la tarde al que ha toreado por ambos pitones con valentía y ha rematado la faena con dos circulares invertidos que no son del gusto de esta afición, un mitin con la espada ha impedido el triunfo que tanto necesita y busca el valenciano
Jandro
Recuerdo una tarde en la Plaza de las Ventas donde se celebraban unos festejos para las escuelas taurinas de España. Apareció en la puerta de cuadrillas un niño delgadíto, vestido de rojo y oro, procedente de la escuela de Valencia. Era muy elegante y tenia una cintura con son. No toreaba con la izquierda, ni toreaba de capote. A cambio, con la muleta en la derecha, tenia elegancia y temple. Comenzó su trasteo por abajo, doblandose con el eral y la termino de la misma manera. Ayer, este mismo torero, tal vez se despedía de Madrid, convertido en un maestro que para bien o para mal, ha marcado una época.Sigue vistiendo de rojo y oro y sin torear de capote. Sigue sin torear con la izquierda. Sigue poderoso y elegante con la derecha. Sigue empezando por doblones y terminando con la misma serie de muletazos. Sigue matando mal. La vida pasa en un suspiro y se ve que no le ha dado tiempo a aprender lo que no sabia. Para muchos es un maestro.JUANSINTIERRA
ResponderEliminarNi falta que le ha hecho, los únicos dos toreros que le han podido apretar en los últimos años han sido irregulares y de pocas corridas, uno Joselito, torero al que su carácter la impedido mandar y marcar una época en la tauromaquia. El otro José Tomás, que sólo se dedica al marketing y a torear dos corridas al año en plazas de poca categoría. Bien es cierto que si Tomás hubiera seguido toreando toros y pisando los terrenos que pisaba, hubiera terminado muerto o tetraplejico. Y otro torero que le pudo hacer sombra, fue César Rincón, pero sólo toreaba en Madrid, en el resto de sitios, hacía el paseíllo con más pena que gloria. No ha habido plaza de España, en la que Ponce, ha dado más muletazos que nadie, le han dado un aviso y matado de pinchazo y estocada. El torero más regular que yo he conocido. Y fuera de la plaza un torero agradable y simpático con el aficionado, casi al nivel de Espartaco o Cordobés hijo, nada que ver con los toreros madrileños anteriormente citados.
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