"El
año que empezaron a competir Lagartijo y Frascuelo -
en Madrid naturalmente-, cuentan las revistas de la época,(...), que
no conformes con verles competir mano a mano, se acordó a fin de
temporada, en el mes de noviembre exactamente, celebrar dos corridas
de seis toros, una para Lagartijo y
otra para Frascuelo.
Como es lógico, se buscaron doce toros de la misma ganadería, para
igualar posibles dificultades, porque lo que se quería era verles
competir en este mano a mano gigantesco y extraordinario, en el que
cada uno había de matar seis toros. La primera corrida la
toreó Lagartijo,
como más antiguo, y la segunda, Frascuelo.
Los toros de don Antonio
Hernández.
El día 3 de noviembre hizo Lagartijo el
paseo, solo, al frente de su cuadrilla, en medio de una grán
expectación.(...)
Lagartijo (...)
estuvo muy bien, pero el éxito se discutió y su maestría se vió
oscurecida porque los toros eran chicos. Ésta fue la opinión del
público y lo que reflejaron las revistas. El ganadero se disculpó,
diciendo que en estas fechas, fin de temporada, había agotado la
carnada de cinqueños, y que por eso había enviado una corrida de
cuatreños. (los toros chicos eran cuatreños, lector.) Frascuelo,
(...) escribió a la empresa diciéndole que puesto que don Antonio
Hernández no
tenía mas que cuatreños, le trajeran una corrida de cinco años, de
cualquier ganadería. Como el acuerdo era que los toros habían de ser
de la misma ganadería, se consultó con Lagartijo,
quien dijo rotundamente que no. Esta negativa se vió apoyada por los
lagartijistas, que al ver que Frascuelo pedía
toros de cinco años, se opusieron, diciendo "Eso
es una ventaja." (Medita,
lector, acerca de lo que entendían por ventaja aquellos toreros y
aquellos partidiarios.) Despúes de muchas idas y venidas, y
discusiones acaloradas de los dos partidos, llegó Lagartijo a
Madrid y al fin dio razón a Frascuelo y
accedió, y al domingo siguiente se encerraba Salvador con seis toros
de cinco años del duque
de Veragua.
La
corrida fué magnífica. Los toros del duque, grandes, bravos y de
hermosa lámina, como escogidos por el célebre ganadero para
competir con los de Hernández. (Párate, lector, y considera cómo
competían los ganaderos en el mismo tono que los toreros. A esto es
a lo que nosotros llamamos clima.) Frascuelo tuvo
una gran tarde, pero esto no nos importa, lo que nos importa destacar
es el gesto y el ambiente de la fiesta de toros. El gesto
de Frascuelo,
pidiendo toros de cinco años; el gesto de oposición de los
lagartijistas, exclamando "¡eso es una ventaja!"; el gesto
del duque
de Veragua,
enviando una gran corrida de toros, y la influencia de la crítica y
del público, que dio lugar a todo esto"
Foto: caricaturas publicadas en la revista castellonense "Don Cristobal" en el mes de julio de 1887
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