“José Muñoz, caballero en plaza, hijo del conocedor de Pablo-Romero, hermano de picadores, ha muerto en una plaza de Francia con nombre de campo de refugiados republicanos. Pero Muñoz, ay, el que fue con Curro, el que fue con Ortega, el que fue con Espartaco, era un picador. Uno al que se le silba y se le insulta cuando sale, ¡matatoros! No ha muerto un banderillero poniendo un par asomándose al balcón, y no hay romance periodístico del pobre Montoliú. Como no era Paquirri, nadie ha llamado en el vídeo a Ramón Vila. Como no era El Yiyo, su nombre no ha estado en la apertura del telediario. Es la doble tragedia de la fiesta. De la muerte de este caballero en plaza han venido en los periódicos unas breves líneas, vamos, como si José Muñoz hubiera sido un muerto en la carretera del fin de semana. Poco menos que un accidente de trabajo. El caballo le cayó encima y su propia montura le partió el alma. Y nos la sigue partiendo a los que creemos que la grandeza de la verdad de la fiesta se encuentra en estos sus héroes anónimos, hombres recios del campo, caballeros en plaza, más que en las figuritas de diseño que anuncian coches”.
Foto: Derribo mortal del picador José Muñoz, por un toro de Victorino Martín, en la plaza de Vic-Fezensac
Saludos.
Oselito.
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