Bonitas palabras en la entrevista de El País, y no cabe duda de que una carrera tan larga ha estado salpicada de interesantes aportaciones y éxitos importantes, pero hace ya tiempo que se durmió en los laureles, el 4 de junio de 2007 escribí lo siguiente:
... no se ha visto toro hasta que ha salido el sobrero de Herederas de Bohórquez, y ha salido por la insistencia del público-afición en la protesta de un inválido que se caía y que Esplá quería mantener en la plaza a toda consta, en vista de lo cual el público-afición no le ha dejado poner banderillas, ¿desde cuándo un maestro pone banderillas a un inválido?
Con el primer par puesto por un subalterno el toro ha vuelto a caer de rodillas como implorando clemencia e inmediatamente el Presidente, muy oportuno, ha sacado el pañuelo verde.
Ha tardado el Presidente en percibir lo que todo el mundo veía y era evidente.
Parecía que la tarde iba a despertar del aletargamiento al ver la predisposición de Esplá con el capote ante este sobrero que por una vez ha sido mejor que el sustituido: Cinco verónicas ¡oiga! Cinco y una media algo forzada han provocado los aplausos del público-afición, que creían que la tarde iba a cambiar de color: Ingenuos.
En esta confianza Esplá ha cogido los rehiletes y ha puesto tres pares aplaudidos a pesar de su regular colocación; ya no es como antes Maestro, ni parecido.
Y a continuación la faena de muleta; expectación: Esplá tenía delante un toro bravo y noble que embestía sin ofrecer complicaciones, quizá sólo tenía un defecto: llevaba la cabeza a media altura, por lo demás ningún problema, pero el maestro con más de treinta años de alternativa, no ha encontrado el sitio, seguramente porque no lo ha buscado; ha retrasado la muleta, ha sido incapaz de corregir las dificultades y ha dejado al toro sin torear.
Y para contribuir a la decepción total lo ha matado de un soberbio bajonazo.
Ante los aplausos de parte del público, indudablemente analfabeto en este arte, ha salido a saludar a los medios como si hubiera realizado la faena del siglo.
A su anterior toro también lo ha dejado sin torear, un animalito que seguía capote y muleta como un cordero y que no ofrecía ninguna dificultad salvo que si le empujaban se podía caer al suelo. Y lo ha matado de otro bajonazo.
Y el 14 de mayo de 2008 comenté:
Los llamados Matadores-Banderilleros tuvieron un tiempo de auge hace algunos años coincidiendo con otra edad de Esplá que siempre abanderó estas ternas. Recuerdo compartiendo cartel con él al portugués Víctor Mendes y al venezolano Morenito de Malacay, aunque ha habido otros muchos. Nunca se caracterizaron estos toreros por su fineza con la muleta pero la espectacularidad del tercio de banderillas llenaba las plazas con lo que subió su caché.
Con los años fueron cambiando los nombres que aconpañan a Esplá y él se convertía en un maestro-director de lidia que podía con todo y se apuntaba a los Victorinos en los carteles, y siempre tan compuesto con vestidos a la antigua y modales educados y labia culta, sabedor de la historia y del arte del toreo, licenciado en Bellas Artes y en Derecho sigue llenando las plazas y cotizándose bien a pesar de que los años no perdonan y sus mermadas facultades no le permiten desde hace al menos 4 años estar a la altura de los compromisos taurinos.
Esplá viene a la plaza como quien tiene todo conseguido, sin interés y sin ilusión y no disimula en absoluto su abulia a la hora de tomar la muleta y acercarse al toro, actúa como si lidiar y matar a un toro fuera un asunto menor, cumple el cometido de cualquier manera y se estira al cabo de algunas series de horrorosa ejecución como si hubiera realizado una azaña.
Hoy todos los pares de banderillas que ha puesto han sido malos o malísimos, todos a toro pasado, lejísimos un palo de otro, y se caían de forma inmediata o al poco tiempo, sin exponer un alamar, no ha llegado al público y en su segundo toro ni siquiera ha banderilleado, así se ha convertido en un banderillero que no pone banderillas, en un lidiador que no lidia y en un matador que despena de un navajazo rastrero a su primer toro causándole una muerte indigna.
Así pues aplaudo la noticia de la retirada de Esplá, un excelente profesional a quien ha llegado el tiempo del relevo y que siempre recordaremos con cariño y admiracion, a la larga quedarán en nuestra memoria sus mejores momentos.
Jandro
jueves, 04 de diciembre de 2008
... no se ha visto toro hasta que ha salido el sobrero de Herederas de Bohórquez, y ha salido por la insistencia del público-afición en la protesta de un inválido que se caía y que Esplá quería mantener en la plaza a toda consta, en vista de lo cual el público-afición no le ha dejado poner banderillas, ¿desde cuándo un maestro pone banderillas a un inválido?
Con el primer par puesto por un subalterno el toro ha vuelto a caer de rodillas como implorando clemencia e inmediatamente el Presidente, muy oportuno, ha sacado el pañuelo verde.
Ha tardado el Presidente en percibir lo que todo el mundo veía y era evidente.
Parecía que la tarde iba a despertar del aletargamiento al ver la predisposición de Esplá con el capote ante este sobrero que por una vez ha sido mejor que el sustituido: Cinco verónicas ¡oiga! Cinco y una media algo forzada han provocado los aplausos del público-afición, que creían que la tarde iba a cambiar de color: Ingenuos.
En esta confianza Esplá ha cogido los rehiletes y ha puesto tres pares aplaudidos a pesar de su regular colocación; ya no es como antes Maestro, ni parecido.
Y a continuación la faena de muleta; expectación: Esplá tenía delante un toro bravo y noble que embestía sin ofrecer complicaciones, quizá sólo tenía un defecto: llevaba la cabeza a media altura, por lo demás ningún problema, pero el maestro con más de treinta años de alternativa, no ha encontrado el sitio, seguramente porque no lo ha buscado; ha retrasado la muleta, ha sido incapaz de corregir las dificultades y ha dejado al toro sin torear.
Y para contribuir a la decepción total lo ha matado de un soberbio bajonazo.
Ante los aplausos de parte del público, indudablemente analfabeto en este arte, ha salido a saludar a los medios como si hubiera realizado la faena del siglo.
A su anterior toro también lo ha dejado sin torear, un animalito que seguía capote y muleta como un cordero y que no ofrecía ninguna dificultad salvo que si le empujaban se podía caer al suelo. Y lo ha matado de otro bajonazo.
Y el 14 de mayo de 2008 comenté:
Los llamados Matadores-Banderilleros tuvieron un tiempo de auge hace algunos años coincidiendo con otra edad de Esplá que siempre abanderó estas ternas. Recuerdo compartiendo cartel con él al portugués Víctor Mendes y al venezolano Morenito de Malacay, aunque ha habido otros muchos. Nunca se caracterizaron estos toreros por su fineza con la muleta pero la espectacularidad del tercio de banderillas llenaba las plazas con lo que subió su caché.
Con los años fueron cambiando los nombres que aconpañan a Esplá y él se convertía en un maestro-director de lidia que podía con todo y se apuntaba a los Victorinos en los carteles, y siempre tan compuesto con vestidos a la antigua y modales educados y labia culta, sabedor de la historia y del arte del toreo, licenciado en Bellas Artes y en Derecho sigue llenando las plazas y cotizándose bien a pesar de que los años no perdonan y sus mermadas facultades no le permiten desde hace al menos 4 años estar a la altura de los compromisos taurinos.
Esplá viene a la plaza como quien tiene todo conseguido, sin interés y sin ilusión y no disimula en absoluto su abulia a la hora de tomar la muleta y acercarse al toro, actúa como si lidiar y matar a un toro fuera un asunto menor, cumple el cometido de cualquier manera y se estira al cabo de algunas series de horrorosa ejecución como si hubiera realizado una azaña.
Hoy todos los pares de banderillas que ha puesto han sido malos o malísimos, todos a toro pasado, lejísimos un palo de otro, y se caían de forma inmediata o al poco tiempo, sin exponer un alamar, no ha llegado al público y en su segundo toro ni siquiera ha banderilleado, así se ha convertido en un banderillero que no pone banderillas, en un lidiador que no lidia y en un matador que despena de un navajazo rastrero a su primer toro causándole una muerte indigna.
Así pues aplaudo la noticia de la retirada de Esplá, un excelente profesional a quien ha llegado el tiempo del relevo y que siempre recordaremos con cariño y admiracion, a la larga quedarán en nuestra memoria sus mejores momentos.
Jandro
jueves, 04 de diciembre de 2008
Foto: Manón
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