Mundofeliz I.

He vuelto a leer el artículo de Carlos Ruíz Villasuso y, ¿qué quieren que les diga?...¡ yo también quiero ser feliz!. Así que para que las tardes de toros se desarrollen en un ambiente feliz, para que la fiesta sea mas justa, mas comprensible y para que gane argumentos escribo cinco propuestas, siguiendo la linea argumental de C.R.V.:

1. En primer lugar, creo que todos, salvo algunos integristas, estamos conformes en que no deseamos que ningún torero, ningún ser humano sea herido en el ruedo. Para evitar que esto ocurra, junto al afeitado generalizado, propongo que lo que quede de cuerno sea cubierto por una funda protectora. Perderemos en estética, pero ganaremos en humanidad y facilitaremos un desarrollo feliz de la lidia.

2. Si hay algo que desagrada a muchas personas de buen corazon es ver como el picador hiere desde su caballo ,(por cierto pobres caballos), a los toros. Ello, ademas, produce en el animal fuertes hemorragias que resultan desagradables. Para evitar todo ello, se debería lidiar erales que no necesitan ser picados. Saldrá un animal de menos volumen pero de mas movilidad.

3. Para evitar que las banderillas hieran al animal, se podría intentar utilizar algún sistema de velcro para que las banderillas queden sobre el lomo del eral. La suerte sería tan bella como en la actualidad pero no produciría esas desagradables heridas. Además, dado que a mucha gente le encantan las banderillas, se podrían poner muchos mas pares a un solo eral.

4. Para evitar ese triste final que es la muerte de un animal en la plaza deberíamos, como indica C.R.V., generalizar el indulto. Pero ¿si sale un eral manso y sin fuerzas?, ¿deberíamos matarle?, ¿tiene él la culpa de su mansedumbre e invalidez?, ¿debe presenciar ese feliz publico la muerte de un bello e inocente animal?...la solución está en Portugal.

5. Ya que no habrá orejas sanguinolientas que entregar, estas se sustituirían por "orejas simbólicas", y dado que a la gente le encanta darlas se podrian entregar hasta diez en un solo novillo, bueno diez o cien, ¡que todo sea por el disfrute de la gente!

Que sean ustedes felices.