Lo mejor del 2006, según Costillares, que soy yo

Lo mejor del 2006, y perdonen ustedes, que lo enfoque desde un punto de vista egoísta, empieza en 2005, una tarde del mes de septiembre, leo en los foros de toreoenredhondo, que en Mérida, ciudad, bueno en realidad pueblo grande, al que hace unos meses había trasladado mi lugar de trabajo desde la ciudad, esta si, que me convirtiera en aficionado, no hace falta que les diga aficionado a que, iba a presentarse una revista taurómaca, elaborada por la Asociación Cultural Cerro de San Albín, no pude, no recuerdo porque, pero desde luego no creo que fuera justificable, asistir a la presentación, y puse un mensaje, en aquel post de toreoenredhondo, preguntando dónde podía comprar aquella revista, me respondió un señor, bajo el nick de pgmacias, es probable que a ustedes les suene, que esa revista no se vendía que si quería podía recoger un ejemplar en no recuerdo que bar, pero imagino sería “El Serranito” o quizás “El Quintanilla”, o que si lo prefería podía llamarle al número de teléfono que me dejaba, y él en persona me la daría. Opté por llamar a aquel número, y quedar con ese señor, una tarde, probablemente ya de octubre, en las terrazas de la Plaza de España, allí llegó un señor mayor, delgado como un palo, y de notable barba, no sólo me trajo la revista, traía fotocopias de alguna otra cosa que había preguntado en los foros, un ejemplar de otra revista, y sentados junto a dos cañas, quizás fueran tubos, charlamos largo y tendido de toros, no nos conocíamos, pero se notaba que compartíamos la extrañeza de tener un punto de vista muy común, hablábamos de toros, de los problemas, de los alivios, yo estaba sorprendidísimo, también había aficionados, tal cual yo lo vivo, en mi tierra. Ignorante de mí, aquello era sólo la punta del iceberg.

Semanas después, coincidíamos en Almendralejo, en unas tertulias, en realidad fueron varias, cuando me quise dar cuenta, una tarde de diciembre me llama aquel señor, a esas alturas, Pedro, y me dice que si me apetece ir a Los Alijares, ¿a dónde?, a la finca de Adolfo Martín. Pues la verdad es que si me apetecía, intente comportarme con la máxima normalidad, pero en el fondo estaba como una quinceañera en la habitación del cantante de moda. No conforme con eso, quince días después me llama y me dice que si me apunto a ir a Comeuñas, ¿Comequé?, a ver los Cuadri, pues como que sí me apunto, estábamos ya en 2006, el año sería intenso.

Para servidor de ustedes lo mejor del 2006, es lo mejor, sin más.