Cuatro apuntes sobre los Victorinos en Zaragoza

1. "La realidad objetiva"

Si hay un argumento que han utilizado, y abusado, los taurinos es el de las mayorìas, lo que "gusta al respetable". Asì, por ejemplo, tràs una tarde en que 9750 personas aplaudìan y 250 estàbamos pitando, siempre hay un taurino que, con las manos rojas de tanto aplaudir, te espeta:

-Venga, no seas talibàn, ¡si la gente ha salido encantada!...no me vengas ahora a decirme que ha sido una mierda.

Tù afirmas

-Ha sido una mierda

Entonces el taurino te mira como diciendo, "¿quièn te crees que eres?

Bueno, pues con ese argumento de que los pùblicos aplauden nos han ido colando mil tropelìas.

Pero en Zaragoza el pùblico ha ovacionado a los Victorinos y pitado a la terna. Es decir, ha actuado de manera contraria a la esperada y querida por los taurinos. Su argumento se ha tambaleado, pero enseguida han encontrado otro argumento, el de la "realidad objetiva" que se menciona en la secciòn el dardo de mundochoto, copio:

Las oponiones son respetables, pero siempre como opiniones, nunca como verdades o realidades objetivas. El problema es tomar como hecho una opiniòn, hacer verdad una opiniòn. Crear verdad a partir de una opiniòn. El derecho legìtimo de los pùblicos no puede estar por encima de la realidad objetiva.

Sin comentarios. Cuando alguien habla de verdades/realidades objetivas, sabemos que habla de su verdad, su realidad (subjetiva), la que quiere imponer.

2. La involuciòn

En ese mismo artìculo de mundochoto se lee:

"...en la evolución del toreo no caben las involuciones. Si la Fiesta ha ido eliminando su contenido más brutal a lo largo de los tiempos, para adecuarse a las sociedades de cada momento, no se pude dar un paso atrás."

Sobre ello escribe Marcelo Fortìn en El chofre. Nada que añadir.

3. Las desafortunadas declaraciones de Esplà.

Està todo dicho en la carta abierta de Kalamua a Luis Francisco Esplà.

4. La corrida vista por un aficionado

En el foro de la Asociaciòn Toreo en Red-Hondo, escribe Lujacre:

Estimados Foristas:

Ayer tuve la suerte de presenciar la corrida de D. VICTORINO MARTIN en Zaragoza. Y ví 6 toros enrazados, fuertes, con mucha casta y BRAVOS. Toros que embistieron con el hocico por el suelo. Que se arrancaron de lejos a los caballos. Que acudieron al primer toque con la muleta. Listos, por supuesto, tal como debe ser un toro.

La pena es que, enfrente, tuvieron a 3 "siniestros", que no "diestros", que dejaron (ordenaron, más bien, ya desde el hotel) a sus "lanceros de la caballería acorazada" que los masacraran. Y a pesar de que sus lanceros les arrearon TRES varas a cada uno (excepto al 6º, que sólo fueron 2) que valía cada una de ellas POR TRES, "los siniestros NO PUDIERON". Ojo, y no pudieron porque NI LO INTENTARON, excepto, nuevamente, el tercer "siniestro" en el último. Y eso que los lanceros, a toro encelado y empujando, se colgaron sobre sus varas, les taparon la salida, los persiguieron empujando con sus cabalgaduras hasta más alla de la raya interior, siguieron alanceándolos hasta después del cambio de tercio, etc. etc. Pero la "psicosis Victorino" les había jugado una mala pasada a "los siniestros" (desde el hotel quizá...). Y uno de ellos lo demostró al cruzar el anillo de raya a raya, retrocediendo de espaldas, capote "de aquí p'alla", a toda la velocidad que podía, con el Victorino siguiendo los vuelos del capote a dos palmos, sin levantar el hocico del suelo, hasta que "el siniestro" se cayó SOLITO. Y tuvo (y me alegro infinitamente) la suerte de que el toro se cebó en el capote, que si no..... Quizá haya sido la mejor corrida de D. Victorino en toda la temporada, la pena es que cayó en unas manos.....

Y cambiando de tercio, voy a hablar de "otros siniestros". Para conocer impresiones diversas he comprado hoy en Zaragoza los periódicos ABC y LA RAZON. En el primero escribe un tal ZABALA DE LA SERNA. En el segundo otro tal JUAN POSADA. Y la verdad. O esos "siniestros" no estuvieron en la Plaza de La Misericordia......, o no tienen ni puñetera noción de lo que es UN TORO DE LIDIA. Por que calificar de "El averno de Victorino" o "Cinco alimañas y un toro" (Y lo que dicen más abajo) a los toros de D. VICTORINO MARTIN que ví yo ayer es como llamar "HIMALAYA" a "LA SIERRA DE MADRID" (Con todos mis respetos que, como montañero veterano que soy, me merece la Sierra de Madrid). Claro, si me voy a la Sierra sólo con la preparación física y psíquica que me pueda proporcionar "un paseito por El Retiro", pués quizá entonces, y sólo entonces, me podrá parecer "EL HIMALAYA".

La fot la he cogido de Campos y Ruedos