Cualquiera
que ame la fiesta del toro, cualquiera que sepa cómo se sienten las
fiestas y las tradiciones en los pueblos, cualquiera que haya estado
en un festejo popular y haya pisado en la misma calle donde había un
toro. Cualquiera que ame la libertad debería estar con el pueblo de
Tordesillas y su Torneo del Toro de la Vega.
Dominguillos-Aquí el post completo_
Se
apela al conflicto entre el festejo tordesillano y la sensibilidad de
nuestro tiempo. Como si la sensibilidad de los tiempos fuera garantía
de virtud. Sin duda, quienes legislaron históricamente contra los
homosexuales estaban conformes con el sentir de su época; como lo
estaban los que defendían la esclavitud o la limitación del trabajo
femenino; o quienes calificaban al arte de vanguardia como arte
degenerado o quienes decidieron ponerles una cruz estigmatizante a
los judíos.
Todos ellos, en efecto, actuaban en sintonía con el sentir de su tiempo y envueltos en esa bandera atropellaron a aquellos que tenían unos gustos o preferencias minoritarios. Como hoy. El problema es que creíamos que la democracia era ser conscientes de esto, y respetar a las minorías, a todas, y en vez de eso nos encontramos con políticos y opinadores que proclaman que lo más moderno es imitar a Franco y volver a prohibir la fiesta.
Todos ellos, en efecto, actuaban en sintonía con el sentir de su tiempo y envueltos en esa bandera atropellaron a aquellos que tenían unos gustos o preferencias minoritarios. Como hoy. El problema es que creíamos que la democracia era ser conscientes de esto, y respetar a las minorías, a todas, y en vez de eso nos encontramos con políticos y opinadores que proclaman que lo más moderno es imitar a Franco y volver a prohibir la fiesta.
Vidal
Arranz – Defender la tradición -
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