Seis toros de Torrestrella desiguales de presentación, algunos absolutamente impropios de Pamplona, mansos, descastados, inválidos, aborregados.
Hoy no estaban las figuras para imponer nada. Y, sin embargo, los seis ejemplares que han saltado al ruedo podrían haber sido rechazados tranquilamente en el reconocimiento veterinario.
Mal un veedor, que lleva por nombre Miguel Criado, y por apodo “El Potra”, al que parece importarle muy poco el prestigio y el carácter de la plaza. Mal la Comisión Taurina de la MECA, que ha permitido que semejante cosa desembarcara en los corrales del Gas. Mal los veterinarios, que miden el trapío según el hierro que esté grabado a fuego en los lomos de los toros. Mal el palco y sus asesores, que han demostrado que, por encima del toro, prefieren el jolgorio y la vulgaridad.
Una novillada sin picadores, así de claro. Por concepto y por los hechos.Eneko Andueza en El Chofre (Aquí la crónica completa)
Lo único serio de la corrida fue la tremenda paliza que recibió Fandiño cuando trataba de rematar varios molinetes de la que salió con la mirada perdida y milagrosamente ileso. El resto fue una verbena vergonzosa. Primero, la corrida de Torrestrella fue un atentado a la llamada Feria del Toro; animales inválidos, que evitaron el trabajo de los picadores, y de descastada nobleza.Antonio Lorca en El País (Aquí la crónica completa)
Foto: Berho para Aplausos
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