La
locura del indulto (Vazqueño)
El pasado domingo,
cambie la rutina de los domingos venteños por la goyesca de Aranjuez, bellísimo
e histórico coso que quería conocer por esa asombrosa semejanza que guarda con
la primera plaza de obra de la historia, la que se ubicaba junto a la Puerta de
Alcalá, en Madrid. La cosa es sencilla
y, sin más preámbulo, vamos a explicar lo acontencido. Cuarto toro de la tarde,
del hierro de Alcurrucén, cinqueño, astillano, de pelo melocotón, calcetero,
basto y destartalado. Lidia y muerte a
cargo del emergente David Mora. Salió el burel haciendo gala de su nobleza,
desde el principio, David Mora lo recibe con larga cambiada en tierra y lo
lleva hasta los medios toreando de capa. Vamos al quid de la cuestión: la
maltratada suerte de varas. Al salir el picador de tanda, Mora le ordena
descabalgar y, muy resuelto, se dirige el espada a contraquerencia a lomos del
mastodóntico jaco, ¡a picar! Marró con
la vara y, una vez el animal se encuentra bajo el peto, Mora clava la puya en buen
lugar, en lo alto y delantera.
“Sucesor”, que así se llama el toro, huye del
castigo, se quiere ir del redondel, y en éstas se encuentra con el picador
reserva que está en terrenos de manso, junto a la puerta de toriles. El señor
profesional de a caballo le endilga una vara en la paletilla para no dejar en
mal lugar al jefe de la cuadrilla, lo dicho, un profesional. En cuanto el toro
tiene los cuatro palitroques el presidente cambia el tercio rápidamente, vamos
a la muleta que es lo que importa en estos tiempos.
Mora torea a placer ante
las boyantes embestidas de “Sucesor”, en los medios, por los dos pitones, está
en gran momento y este no es un toro que exija en demasía. Unas veces bien
colocado y mandón, otras al relance y con mucha ventaja. La faena tiene pasajes
bellos, sin duda, pero es irregular y
carece de la grandeza que eleva la Tauromaquia a cotas extraordinarias. En ese
momento de pasión, “Sucesor” se da por vencido y, otra vez, huye de la pelea.
En cada muletazo gira del revés buscando el abrigo de las tablas, donde acaban
los dos, toro y torero. Otra vez queda patente su condición de manso, el animal
se aflige, se siente derrotado. Aquí es donde da inicio otra faena, cuando el
toro pedía la muerte, empieza el cuento, la mentira, la paradoja, ¡la farsa!
Mora se dedica al bello toreo de adorno en los adentros, sonriendo al tendido
surgen trincheras, desprecios y pases de pecho. Aún tiene tiempo “Sucesor” de
najarse una vez más hasta la mismísima puerta de chiqueros pero eso no es óbice
para un público chalado, sediento de triunfos, orejas e indultos; comenzando un
conato de petición que termina en una abrumadora mayoría, ante la incredulidad
y el asombro de unos pocos y extraños personajes que habían advertido la
mansedumbre del toro y eran incapaces de integrarse en esa fiesta de
enaltecimiento a la ignorancia; aficionados para unos, amargados reventadores
para otros. El presidente, integrado en Cultura y adalid del bochornoso
espectáculo, requiere a Mora para que interrogue al criador de aquel animal, derroche
de casta y bravura, como usted, inteligente lector, ya ha podido distinguir. Y
el señor Lozano da la venia, como no, es una buena medalla, ya se encargarán
los medios de contar la verdadera historia de “Sucesor” y adoctrinar a nuevos
públicos en la cultura del indulto. Asoma el pañuelo naranja, se consuma el perdón.
Un toro cobarde volverá a la dehesa.
¡ Que pena !
ResponderEliminar¡ Que vergüenza!
El toro bravo solo se indulta: la BRAVURA sola merece elindulto.
Hoy, en ARANJUEZ, un pùblico de imbéciles a indultado a un animalito cobardo.
Coños todos, mataderos de la corrida, eso es la consecuencia de la toreria moderna derramada por Canal Sur, la mierda de los Romeritos, del G 7, o G 10, de la mafia enriquecida por parte de nuestra aficion y parte de la tonteria de los pùblicos tontos de triunfos de pacotilla.
¡ Vaya aficion sin casta, ni cabeza, ni cojones !