Copio un comentario remitido por Jandro:
La realidad es que la fiesta y toda su parafernalia no está presente en los medios de difusión con la asiduidad que requiere un acontecimiento que arrastra a tanto público: es el espectáculo con más asistentes después del fútbol.A los jóvenes apenas les interesa y les resulta caro.Hay mucho público de uno o dos días al año que vanalizan el espectáculo simplificándolo al corte de orejas y a presumir de haber visto hacerlo a una figura determinada.A la afición de verdad les interesa muy poco esta fiesta descafeinada.
La falta de casta ha convertido la fiesta, en la mayoría de los casos, en el penoso sacrifcio de una res inválida y sin coraje que ni emociona ni interesa, más bien produce una sensación de lástima que se vuelve en contra del torero que compone una figura chulesca ante la caída del pobre animal.
Si la fiesta sigue así morirá por aburrimiento dejando algunos millonarios que se están aprovechando de esta decadencia para sencillamente hacer su agosto sin riesgo y quemar los últimos cartuchos en su propio beneficio. Y el que venga detrás que arree.
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