Los cánones de la tauromaquia, que definieron Montes, Paquiro y Pepe Hillo, contemplaban que , en su ejecución, debían aunar la máxima ventaja del toro y la máxima seguridad del torero . No eran preceptos, y es rechazable esa exigencia dogmática de que toda suerte del toreo ha de ajustarse, sin posibilidad de modificación, a los cánones dictados por los padres de la tauromaquia; pues una evolución positiva de esos cánones habría supuesto, a su vez, una evolución positiva de la lidia. Eran reglas de bien torear y si mantienen la misma validez del primer día es porque no se han descubierto otras. El toreo heterodoxo que, épocas adelante, han practicado diversos diestros, algunos de ellos con gran aceptación popular, ha sido rechazado por los aficionados no a causa de su heterodoxia, sino porque de alguna forma rompía esas constantes de máxima ventaja del toro, máxima seguridad del torero y fin último de dominio sobre la fiera, que constituyen el fundamento esencial del toreo"
Joaquín Vidal (El Toreo es Grandeza)
¿Como se compadece todo esto que aqui pone con la crónica titulada 'Nunca el toreo fue tan bello', sobre la faena de Paula de otoño, que encandiló al duro crítico tanto como al público?
ResponderEliminarMerece la pena releer aquella crónica, para la cual el toro ni existe, para ver que aquí todos jugamos con arbitrariedades. Creo que aquella gloriosa faena no tiene ni una sola cosa de las que D. Joaquín proclama en este breve fragmento, tan acertado por otra parte.
Contradicciones. (De él y mías, of course)
Decia un filosofo : que el que no se contradice o esta loco o es un idiota.
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