Morante estuvo al quite, y cuando vio las características del tercer toro que saltó al ruedo aprovechó para recetarle unas verónicas espléndidas que fueron contestadas por Daniel Luque con otras dignas aunque sin tanto empaque, siguió Morante con unas chicuelinas de mano baja y estética inmejorable que convertían en trapazos eléctricos las que D. L. había propinado unos momentos antes, siguió otro turno de éste y remató Morante con unas navarras de formidable factura, hubo algún quite más pero la tarde se justificó con ese toro y con esos lances que justificaban de sobra haber acudido a la plaza. Destacar además un quite por gaoneras de Cayetano al cuarto que citó a una mano y puso al toro en suerte con elegancia torera.
Lo anteriormente narrado fue un lujo, pues no habíamos visto tantos quites en todo el año. Y es que los toreros vienen apáticos y sin ganas y los toros no tienen ni media torta.
El tercer toro mencionado que correspondía a D. L. llegó a la muleta, a pesar de la paliza del los anteriores tercios, con ganas de pelea y no encontró oponente, ya que D. L. le toreó sin hondura ni gracia, no supo aprovechar sus acometidas dulces ni encelarle. Este fue el mejor toro de la corrida de descastados y mansotes que presentó en las Ventas Núñez del Cuvillo, toros que se dejaban pegar y buscaban la muleta sin molestar a nadie, incluso el primero se murió de metesaca de Morante y pinchazo sin rechistar, a estos toros sólo les falta un airbag en los cuernos para seguridad de su oponente, por si tropieza con ellos, porque están totalmente carentes de codicia, de acometividad y por supuesto de casta brava, y a pesar de ello los tres toreros estuvieron, a la hora de la muleta, muy por debajo de la ínfima categoría de los toros. Qué lástima.
Jandro
miércoles, 2 de junio de 2010
Foto: Carlevaris
No hay comentarios:
Publicar un comentario