martes, junio 15, 2010

Escribe Francisco Brines


"El delicado equilibrio del ser del toreo, (...), dicta altas y difíciles exigencias en los tres protagonistas de la Fiesta: el torero, el toro y el testigo. Arte, dominio y valor en el primero; en el segundo, la íntegra fortaleza en su impulso inocente; en el espectador, sensibilidad y conocimiento en la mirada, y lo que quizá resulte más paradógico para los enemigos de estas celebraciones: una extrema vigilancia moral. Y este es el delicado equilibrio que exige el toreo para poder segui siéndolo"
Francisco Brines. De su artículo " El arte del toreo: Razonamiento de una mirada"
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Nota: del mismo artículo copio:
De ahí que cuando contemplamos las fuerzas del animal disminuidas en exceso, cuando percibimos que todo su soberbio instinto está puesto al servicio de la exigua azaña de mantenerse en pie, o cuando vemos humillada en él la gallardía de su especie, sólo es posible sentir el justo desvío ante aquellos falsificadores de la emoción. Ni puede haber arte, ni dominio, ni valor en tales situaciones; y posibles tan sólo dos hermanados sentimientos: el de la vergüenza ante una representación tan bárbara, jactanciosa y mezquina, y el noble sentimiento de piedad que en nosotros despierta cualquier ser inválido.
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1 comentario:

  1. no he podido evitar postearlo también. Y qué cosas más extrañas: dos valencianos, Brines y Marzal.

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