- Enlazo y copio las últimas lineas del último post publicado en el blog "don pepe y don josé":
Los aficionados, cansados de tanta falsedad, están dejando de acudir a las plazas de toros, y los espectadores, que acuden con la sola pretensión de divertirse, se aburren con el espectáculo anodino que tarde tras tarde les ofrecen los pretendidos “figuras” y sus toros de pitiminí
Los aficionados, cansados de tanta falsedad, están dejando de acudir a las plazas de toros, y los espectadores, que acuden con la sola pretensión de divertirse, se aburren con el espectáculo anodino que tarde tras tarde les ofrecen los pretendidos “figuras” y sus toros de pitiminí
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-Enlazo y copio unas lineas del último post publicado en el blog "estrapicurciela"
Soy un aficionado a la Tauromaquia; mas ese nombre no puede mantenerse para un espectáculo donde el toro de lidia ha dejado de ser el protagonista. Es más, puede decirse que el toro ha dejado de ser de lidia. Para ello ha sido necesaria una larga evolución que ha desembocado en la actual situación de primacía de la estética sobre la emoción basada en la lucha entre la razón y la fuerza; con el subsiguiente protagonismo del torero, a cuyo lucimiento se supedita todo lo demás. Lo que yo denomino Torerimaquia.
---Soy un aficionado a la Tauromaquia; mas ese nombre no puede mantenerse para un espectáculo donde el toro de lidia ha dejado de ser el protagonista. Es más, puede decirse que el toro ha dejado de ser de lidia. Para ello ha sido necesaria una larga evolución que ha desembocado en la actual situación de primacía de la estética sobre la emoción basada en la lucha entre la razón y la fuerza; con el subsiguiente protagonismo del torero, a cuyo lucimiento se supedita todo lo demás. Lo que yo denomino Torerimaquia.
Nota: Sentimos que el blog estrapicurciela abandone el tema taurino.
Gracias por vuestra nota. La primera parte del post que publicáis, enlazada al blog de "don pepe y don josé", resume admirablemente el panorama taurino actual, que invita más al abandono y a la deserción que al entusiasmo. O cambian los "taurinos" y sus tejemanejes, o esto nunca volverá a ser ese espectáculo que por su grandeza y su épica nos entusiasmó.
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