Como se indica en esta biografía del pintor donostiarra "Los sueños de torerillo pasaron de ser monosabio a llegar a torear 25 novilladas con caballos. Una cornada en Bilbao le retira del toreo activo, más no del imaginario, porque eso lo llevará con él mientras viva".
De una entrevista que le realizó José Luis Merino para El País rescato estas respuestas:
-Esto de la pintura es como lo de los toreros: hay que tener buen juego de muñeca. Depende mucho de la muñeca. De ahí salen las cosas.
-Porque el arte tiene mucho que ver con los toros. Existe la misma gentecilla. Colegas que delante de tí te ponen una cara y detrás van diciendo perrerías de tu pintura. Ah, eso sí, también hay gente extraordinaria, como personas y como pintores. Y en los toros pasa igual.
-En pasados años hubiera preferido ser Antonio Ordóñez. Ahora me quedo con el deseo de haber querido ser Picasso
-P. Usted da ahora mucha importancia al hecho mismo de la madurez del pintar, que se va adquiriendo una cierta sabiduría con el paso de los años...
Eso es igual que los toreros. Los toreros buenos. Esos toreros que van a sentirse y no los que van a por la peseta sin pensar en hacer el toreo bueno.
P. Y vuelta al tema de los toros...
R. Será porque siempre estoy con toreros, o ellos conmigo, ya que muchos de ellos me dicen que les hubiera gustado ser pintores. Y yo les digo: 'Si queréis cambiamos'. José María Manzanares, que quiere ser pintor, Julio Aparicio, que quiere ser pintor.... Y yo quiero ser torero, les digo.
P. Y vuelta al tema de los toros...
R. Será porque siempre estoy con toreros, o ellos conmigo, ya que muchos de ellos me dicen que les hubiera gustado ser pintores. Y yo les digo: 'Si queréis cambiamos'. José María Manzanares, que quiere ser pintor, Julio Aparicio, que quiere ser pintor.... Y yo quiero ser torero, les digo.
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