Faustino, "El Rosco", es un conocido aficionado del tendido 7 de Las Ventas, además de ser socio fundador y vicepresidente de la Asociación el Toro de Madrid.Recientemente Pacopi, le remitió una carta desde Málaga, hoy copio el texto escrito por Juan Guillermo Palacio Bustamante:
EL ROSCO Y EL 7
2 de junio de 2007
"Hace poco sufrí un esguince por un mal paso que di. También conocí a una niña muy especial. Le gusta escribir poemas e ir a los toros, pasión que heredó de su padre. Comíamos palomitas de maíz y nos dábamos besos como los que se dan aquí en Madrid, largos y profundos; “muletazos buenos” le decía yo para elogiar la savia bruta que traía entre labios. Había desarrollado querencia hacia ella y hasta se me pasó por la cabeza que con una mujercita así podría envejecer. Es que todo lo explico en términos taurinos. Mi diosa Europa, así le decía porque me la quisiera robar convertido en un toro, me invitó una noche a su casa para presentarme a su papá. Yo le dije sí porque era una forma de oficializar la relación. Sería fácil agradarle repitiendo citas de diestros famosos y diciendo que el toreo de antes era mejor. Esa noche mi diosa estaba más hermosa que nunca, con un terno de color primera comunión. Nos dimos una tanda de besos con ligazón. Me contó que su padre estaba adentro jugando al mus. Lo llamó y una voz de gruesa tesitura, inconfundible, le respondió que bajaba enseguida. Sentí escalofrío y ganas de salir corriendo, pero mi pie hinchado no me lo permitía. Su padre llegó y confirmé todos mis temores: Era El Rosco, el recalcitrante líder del tendido 7, donde hacen devolver a los toros cojos. Me saludó formalmente y me invitó a jugar. Yo lo seguí como pude pero uno de sus amigos empezó a aplaudir: ta-ta-ta, ta-ta-ta. Las palmas de tango se volvieron colectivas y hasta mi suegro las empezó a tocar. Alguien sacó un pañuelo verde y pidió que me devolvieran por cojo. En ese momento desperté con los labios secos y la respiración en estado de agitación. Cada vez que escucho a El Rosco, ese aficionado emblemático que es la conciencia de Madrid, recuerdo aquella pesadilla. Cuando sale al ruedo un toro que cojea, me estremezco y ya no me dan ganas de aplaudir."
Juan Guillermo Palacio Bustamante , periodista taurino colombiano.
"Hace poco sufrí un esguince por un mal paso que di. También conocí a una niña muy especial. Le gusta escribir poemas e ir a los toros, pasión que heredó de su padre. Comíamos palomitas de maíz y nos dábamos besos como los que se dan aquí en Madrid, largos y profundos; “muletazos buenos” le decía yo para elogiar la savia bruta que traía entre labios. Había desarrollado querencia hacia ella y hasta se me pasó por la cabeza que con una mujercita así podría envejecer. Es que todo lo explico en términos taurinos. Mi diosa Europa, así le decía porque me la quisiera robar convertido en un toro, me invitó una noche a su casa para presentarme a su papá. Yo le dije sí porque era una forma de oficializar la relación. Sería fácil agradarle repitiendo citas de diestros famosos y diciendo que el toreo de antes era mejor. Esa noche mi diosa estaba más hermosa que nunca, con un terno de color primera comunión. Nos dimos una tanda de besos con ligazón. Me contó que su padre estaba adentro jugando al mus. Lo llamó y una voz de gruesa tesitura, inconfundible, le respondió que bajaba enseguida. Sentí escalofrío y ganas de salir corriendo, pero mi pie hinchado no me lo permitía. Su padre llegó y confirmé todos mis temores: Era El Rosco, el recalcitrante líder del tendido 7, donde hacen devolver a los toros cojos. Me saludó formalmente y me invitó a jugar. Yo lo seguí como pude pero uno de sus amigos empezó a aplaudir: ta-ta-ta, ta-ta-ta. Las palmas de tango se volvieron colectivas y hasta mi suegro las empezó a tocar. Alguien sacó un pañuelo verde y pidió que me devolvieran por cojo. En ese momento desperté con los labios secos y la respiración en estado de agitación. Cada vez que escucho a El Rosco, ese aficionado emblemático que es la conciencia de Madrid, recuerdo aquella pesadilla. Cuando sale al ruedo un toro que cojea, me estremezco y ya no me dan ganas de aplaudir."
Juan Guillermo Palacio Bustamante , periodista taurino colombiano.
Nota: Javier, gracias
Fantástico relato!!!
ResponderEliminarSi, si El señor Rosco, puede ser todo "un personaje", pero la verdad es que deberíamos tener más aficionados como él en las plazas. En mi opinión debería haber un Rosco en cada plaza y un tendido 7 en cada plaza, aficionados que defiendan sus derechos, y no se callen ante las injusticias y los engaños.
ResponderEliminarUn día le oí comentar (en la reunión del Manifiesto), que una señora en el tendido, durante esta Feria de San Isidro, le tachó de loco por dar tantas voces y estar toda la corrida protestando... pero que al final de la corrida la señora se unió a protestar con él, porque el Maestro Rosco le ayudó a entender lo que pasaba en la plaza... por eso digo, que debemos tener en la plaza aficionados tan grandes como Rosco, al que, aunque a veces se le tache de "loco" en el fondo es un gran aficionado del que siempre, siempre, siempre se puede aprender...
Espero que sigamos oyendo esa gran voz desde el tendido 7 mucho, mucho tiempo....
Un saludo,
ALICIA
Alicia, ¿eres nueva en este foro?
ResponderEliminarDesperdicios, soy el amigo de Guillermo Domínguez El Niño de Triana, el que escribía en burladerodos. ¿Lo recuerdas? envíame tu email: juanguipalacio@hotmail.com
EliminarNo Desperdicios, no soy nueva. Ya llevo un buen tiempo regentando esto. ¿Lo preguntas por algo en especial?
ResponderEliminarALICIA
Jajajaja... La verdad es que te consigue sacar una sonrisa.
ResponderEliminarFelicidades al escritor del mismo¡
Manoletina
www.toreoenredhondo.org
Nada en especial. Cuantos más seamos, mejor lo pasaremos. Un abrazo.
ResponderEliminarAmen de ser reconocido como uno de los aficionados más importantes con que cuenta hoy la plaza de Madrid, el Rosco es un personaje irrepetible. Gran persona, tierno, todo su fachada no es otra cosa que el envase donde se esconde un gran corazón. Comparto con él mi pasión por el flamenco y la ópera, amén del toro, y me chifla como sale retratado en el post con su moreno Agroman. Un abrazo, Rosco, eres único, tío.
ResponderEliminarLa condesa de Estraza
pues a mi me parece un impresentable. No respeta a los toreros que se están jugando la vida y a eso no hay derecho. Me parece muy bien que sea un buen aficinado, pero no hay corrida en la que no proteste antes de empezar la lida del toro.... para eso Señor Rosco quedese en su casa.
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