En respuesta a una consulta del presidente del festejo, la Junta de Andalucía ha autorizado que cada matador acudiese a Málaga con su par de toros elegidos debajo del brazo, y que no hubiera sorteo, como manda el artículo 41 de la norma andaluza.(...)
Eso se llama presunta prevaricación.(...)
¿Para qué hacen falta los movimientos antitaurinos con este gobierno andaluz y estas figuras? ¿Dónde está la dignidad de los señores Padilla, Juli y Talavante? ¿Dónde su vergüenza torera que no les impide mofarse de quienes los mantienen en sus pedestales? Porque si importante es la forma —flagrante incumplimiento de la ley—, más grave es el fondo: el desprecio más absoluto a los espectadores.
¡Qué desolación y qué abandono…! ¡Qué penosa realidad la de esta fiesta, despreciada por casi todos y manipulada para el enriquecimiento y la gloria de unos pocos…! ¡Qué tristeza que el Gobierno andaluz ampare las presiones de quienes se empeñan en desacreditarla con imposiciones que llevan implícito un vil atropello…!
¿Cómo estuvo la corrida? Pues después de tan inadmisible tropelía,(...)
Padilla nada pudo hacer ante su agotado primero, y le cortó las dos orejas a un gran toro de Jandilla, codicioso, noble y de largo recorrido, al que muleteó con entrega, celeridad y el ventajismo imperante, y provocó la locura en los tendidos.
El Juli cortó una oreja en cada toro después de ofrecer dos lecciones de antitoreo moderno. Él, que lidera el antitaurinismo reinante, es un experto es desviar la embestida de los toros y muletear al hilo del pitón. Talavante dictó un discurso sobre la nada en su primero; noble y repetidor fue el sexto, y le dio muchos pases ayunos de hondura y gracia. En tres palabras: no hay derecho.
Antonio Lorca
Aquí la crónica completa:
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/08/21/actualidad/1377115149_214395.html
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