Me paso por la bitácora Tauromaquias , y me encuentro con este texto. Un lujo:
"Por: Hildebrando Pérez Grande (Lima, 1941)Poeta y actual Director de la Escuela de Literatura en la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos. El ganador del Primer Premio de Poesía Casa de las Américas en 1978, nos revela su pasión taurina en el siguiente testimonio:
Le debo a mi padre el sabor trágico de la fiesta taurina, que siempre ronda en Acho, y, por supuesto, en mi vieja casa. Ahora, a manera de homenaje por su magisterio inolvidable, a distinguir me paro para ver por dónde va el torpe toro de mi vida, y decidir cuál de las suertes me vendría bien. Eso sí: al toro siempre por las astas.
Me gusta el pase hondo, profundo, parsimonioso, sevillano, a pie firme, sin aspavientos ni mañoserías ni fuegos fatuos. Ver volar como una mariposa encendida la capa fucsia cuando el toro está en sus plenos poderes, ah! cómo no decir que es un poema en el aire. Recibir al toro como quien recibe un mensaje de los dioses, llevarlo al centro del universo donde relampaguea la soledad más estremecedora, mirar los tendidos con cierto desplante y tocar el cielo o el infierno con la muleta claveteada de arena y sangre y miedo contenido, no es acaso la escritura de lo inefable? A mí me conmueve pensar que hay alguien que se juega la vida ante miles de ojos igual que cuando nosotros nos inclinamos en silencio y soledad sobre la página en blanco para escribir o morir en el intento. es el mismo rito. Olé.
Me gusta el pase hondo, profundo, parsimonioso, sevillano, a pie firme, sin aspavientos ni mañoserías ni fuegos fatuos. Ver volar como una mariposa encendida la capa fucsia cuando el toro está en sus plenos poderes, ah! cómo no decir que es un poema en el aire. Recibir al toro como quien recibe un mensaje de los dioses, llevarlo al centro del universo donde relampaguea la soledad más estremecedora, mirar los tendidos con cierto desplante y tocar el cielo o el infierno con la muleta claveteada de arena y sangre y miedo contenido, no es acaso la escritura de lo inefable? A mí me conmueve pensar que hay alguien que se juega la vida ante miles de ojos igual que cuando nosotros nos inclinamos en silencio y soledad sobre la página en blanco para escribir o morir en el intento. es el mismo rito. Olé.
No me gusta el tremendismo ni en los toros ni en la literatura, pero si reconozco el garbo y el valor. Nunca vi a Silverio en su rosedal, pero si vi a Carlos Arruza y su teléfono, los trajes insólitos de Luis Miguel Dominguín, al inmenso Antonio Bienvenida, al querendón y odioso a la vez de Luis Procuna (yo fui uno de los que lo acompañó por las calles de Lima rumbo a la comisaría después de una tarde de escándalo), a César Girón y sus espectaculares rehiletes, pero me quedo con el Maestro Antonio Ordóñez. Guardo memoria, también, de Humberto Valle, siempre valeroso aunque de muleta sucia. Estuve -mi padre me llevó- en la inauguración del Monumental de Chacra Ríos, levantada para una posible temporada de verano. Mal negocio, mucho viento. Pero siempre fui fiel, hasta ahora (cosa rara en mi vida), a la plaza de Acho, a Sol, al tendido 13. Y después a la ronda de cervezas para celebrar una buena faena o para hacer correr el río místico de otras tardes felices.
Ahora hay otros astros taurinos, y como los astros, los veo lejanos, remotos: ni su luz ni su fuego iluminan mi vida. Apenas chispazos. Fósforos que se prenden y se apagan en las tardes limeñas. De rato en rato sale alguien con la mano y la elegancia de Ordóñez, el temple y la alegría de Bienvenida, el coraje y el mando de Girón. Los nuevos toreros, tal vez tienen un nuevo lenguaje y la misma pena, una nueva propuesta y la misma gracia, pero no sé si tienen esa aureola de soledad o de delirio que la técnica mediática no ha sabido recrear. Quiero decir, soy un cómplice desahuciado del aire clásico de la fiesta taurina: siempre voy, siempre iré, hasta que la Virgen de la Macarena me saque un día de mi tendido de Acho y de mi curso de Literatura Española en San Marcos, y me lleve, como quien va por uvas, a la Plaza Celestial donde Silverio Pérez, estará retocando un par de limpios trincherazos o intentando un vistoso alimón con su hermano Carmelo, previo tequila, que yo aplaudiré a rabiar, mientras repito un verso hondo, solemne, profundo, sevillano de Luis Cernuda que dice: "Vivir es estar a solas con la muerte".
Ahora hay otros astros taurinos, y como los astros, los veo lejanos, remotos: ni su luz ni su fuego iluminan mi vida. Apenas chispazos. Fósforos que se prenden y se apagan en las tardes limeñas. De rato en rato sale alguien con la mano y la elegancia de Ordóñez, el temple y la alegría de Bienvenida, el coraje y el mando de Girón. Los nuevos toreros, tal vez tienen un nuevo lenguaje y la misma pena, una nueva propuesta y la misma gracia, pero no sé si tienen esa aureola de soledad o de delirio que la técnica mediática no ha sabido recrear. Quiero decir, soy un cómplice desahuciado del aire clásico de la fiesta taurina: siempre voy, siempre iré, hasta que la Virgen de la Macarena me saque un día de mi tendido de Acho y de mi curso de Literatura Española en San Marcos, y me lleve, como quien va por uvas, a la Plaza Celestial donde Silverio Pérez, estará retocando un par de limpios trincherazos o intentando un vistoso alimón con su hermano Carmelo, previo tequila, que yo aplaudiré a rabiar, mientras repito un verso hondo, solemne, profundo, sevillano de Luis Cernuda que dice: "Vivir es estar a solas con la muerte".
Nota de los editores: El "Monumental de Chacra Ríos" es ahora el Coliseo Amauta.
Publicado por: Vladimir Terán A.
Publicado por: Vladimir Terán A.
Foto:Abril de 2001. Hildebrando Pérez Grande acompaña a Mario Vargas Llosa a recibir el doctorado Honoris Causa de San Marcos. Además de ser literatos y sanmarquinos, ambos comparten la pasión por los toros (foto: Vladimir Terán).
¡Vibrante! Que poco conocemos muchos la América taurina ¡Bravo por este aficionado!
ResponderEliminarVargas Llosa ya pronunció el Pregón Taurino de Sevilla, después de leer a su acompañante está claro que deberían tomar buena nota aquéllos que se encargan de seleccionar a los candidatos... y darle su oportunidad, seguro que ha hecho méritos más que suficientes.
ResponderEliminarHildebrando Pérez Grande no es un aficiona es un gran maestro de la literatura
ResponderEliminarHildebrano Pérez Grande, maestro sanmarquino, poeta de estirpe andina, amigo de sus amigos, entrañable como siempre.
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