¡Vayan ustedes a saber!Les recomiendo que se lo pregunten a un fulano pancartero emérito de la plaza de Madrid, que lleva este encaste en su cuadrada cabeza, como aquel que hubiera descubierto la pasta de dientes, estando máspegado que un sello el pobrecito, con el retrato de Franco, Franco, franco...
Sigo, al emérito aficionado madrileño al que me refería, que lo más encastado que ha visto en su vida de cerca es a esta servidora, también se le debe sus panagéricos acerca del sinvergüenza del ebanista Ricardo Gallardo, propietario de la descatada (rasurada siempre) vacada de Fuente Ymbro. Los hay tonto, pero tontos de baba, colegas.
Margo, my friend, que ya has sido condenada por acosadora y por amenazas al pancartero, no te metas en líos, que no aprendes. La bebida y esa casta mala que tienes te pierden.
Eso no eres tú quien para decirlo, querida Robustiana, yo llego hasta adonde a mí me de la gana, cariño, y asumo mis condenas con un par de huevos. Ah, en cuanto a la casta, para que aprendas algo de toros, no es ni buena ni mala: es casta. Por último, ¿qué intentas insinuar con lo de la "bebida"? A ver si el puerro, maja, ahora te lo meto yo a ti. Tiempo al tiempo que, sobre el particular, llegan sorpresas muy próximas.
Lo de la simpática e informada robustiana, me da pie a denunciar como determinados periodistas de toros están confudiendo a la afición con el asunto de la casta. Casta buena o mala, como el coresterol, mentira, la casta es un término absoluto, un animal (o una persona) tiene casta o no. En caso negativo es que es que uno es manso.
Oigan, que con esto de la Robustiana es que me he puesto yo como una moto, y ruego que me disculpen los demás compañeros de charla. ¿Podrías decirme, Robustiana mía, en qué sentecia has leído que yo he sido condena por acosadora y a quien, dándonos nombre y apellidos?. Explicanóslo , maja, que has entrado al trapo como una bendita y, si eres brava, o bravo, demuestralo.
Robustiana, tía, nada, que como no contestas a mi pregunta, ¿en qué senticia has leído que yo haya sido condena por acosadora?, voy y repondo yo por ti pues lo mismo andas cortita de casta, y no te atreves. Yo no he sido jamás condenada por acosadora, rara falta en una mujer, por cierto, pero en cuanto mi peluquero me fría el cuero cabelludo con el corrosivo líquido de la decoloración, me dedico a acosar a Richard Gere, sin otro plan.
Sí, fui codenada pero no por acosadora, sino por amenazas al excelentísimo señor don José Carlos Fernández-Villaverde y Silva y Roca de Tagores y Fernández de Henestrosa, conde de estradas, hijo de la señora marquesa de Santa Cruz, Grande de España, que eso sí es Casta, pero Casta, y no la del común. Nena, no aprendes, my friend, que te has metido en un charco y la que has pisado en el anzuelo has sido tú.
Ya estamos de nuevo ante la putada de la ventajita,queridos, pues mientras la Robustiana sabe perfectamente quien soy yo, yo desconozco sin embargo su identidad. Deseo constar que, si acaso no perjudica en lo más mínimo a la gente de este precioso blog que frecuento y con la estoy de acuerdo en muchas cosas (que deben confiar en mi palabra porque es ley) paso a comunicarle el asunto a mi abogado, nena, no sea que alguno de los epítetos que me dedicas desde el anonimato, fuera querllable.
Por a-me-na-zas, que no por acosadora, es por lo que fui condenada, ¿estamos?. ¿O es que ahora tampoco vamos a tener derecho las mujeres a encampanarnor una vez en la vida, y los toros, sí? De verdad, queridas amigas con dos dedos de frente, me dan ganas de practicar los metodos de defensa de nuestras tatarabuela. O sea, quitarme el zapato salón y meterle a algun@ con el tacón de aguja en la mismísima coronilla.
Margo, my friend, si sé que te ibas a poner así no te digo nada. Acabo de consultar a amigas comunes y me cuentan que sólo te condenaron por amenazas de muerte al coletudo pancartero que por cierto es un rato guapetón, aunque ya le vayan colgando algunos pellejos como a nosotras. Retiro lo del acoso aunque también me dicen, reina, que la policía te tuvo que sacar del jardín de su casa una noche que acudiste con un colocón de aquí te espero a montarle un numerito, y que le llamabas por teléfono constantemente. Que hasta molestabas a su anciana madre y a sus hermanos. Eso es acoso aunque no te hayan condenado por ello, pero no te confundas conmigo porque sé que tienes buen fondo y que eres capaz de quitar la caca a un conde mientras te tiras a otro. Margo, my friend, te empieza a pesar la edad como al personaje de Bette Davis y haces algunas tonterías que no te benefician en nada. Aunque no lo parezca soy amiga tuya y te lo demostraré dentro de un par de semanas, cuando nos veamos. Me identificaré y ya verás como nos reímos un montón de esto.
Pero ¿de qué habla esta chalá de la Robustina en una tribuna pública?. ¿Acoso?, ¿policía?, ¿que me sacó la plestañí de dónde? ¿de que yo he molestado a la madre de quién? ¿quién es el guapetón?, que me da la cabeza vueltas como a la niña de El Exorcista. Para juzgar se deben escuchar a las dos partes, eso para empezar y no acusar a nadie gratuitamente de nada que no se esté segura. ¿Con qué amigas mías ha hablado esta loca? Cuidadito Robustisna, que te encuentro excesivamente locuaz. Si alguien, excepto mi abogado, conoce la sentencia, que pare a esta loca que como me mosquee la vuelvo a formar. O sea, que un Tribunal dicta sentencia y luego la tal Robustiana sale aquí haciendo público una condena paralela, de su cosecha, que podría perjudicar a terceros. No permito que nadie, amparada en el anonimato, me acuse de quitar la caca a un amigo que me necesitaba en su enfermedad, aunque yo nunca le he quitado la caca a nadie y ese señor tiene los suficientes medios para estar atendido como debe, mientra me tiraba a un cerdo, dice la guardiana de la moral ajena.
Oiga, Robustianal, ¿usted ha visto alguna de esas dos cosas que cuenta? Pues entoces chitón, que no sabe de qué tema trata me parece a mí, no sea que llegue la sangre al río de una puta vez. De todas formas, amigos, algún día lo contaré todo con pelos y señales, y documentación. Última pregunta ¿de dónde ha salido esta moralista a estas alturas de la película?
Pido perdón a los ajenos a este litigio, que por otra parte y yo en su caso estaría tronchada, pues le estamos entreteniendo la mañana al personal. Robustiana, ¿ha sido usted testigo de alguno de los hechos que me imputa?. Ahora mismo me voy a poner una denuncia contra usted en la comisaría. No hay derecho a que una torpe envalentonada te eche en cara que has cuidado a un amigo enfermo, mientras te acuestas con otro. Que soy libre, tía, y no le tengo que dar cuentas a nadie de mis actos, que yo me acuesto con que me dé la gana y, lo mismo esos es lo que te tiene a ti metiendo la pata de semejante forma. Ah, y no digas jamás, seas quien seas, que eres amiga mía y que verás en dos semanas. ¿Cómo se te ocurre?.
Sigo. Entre otras cosas porque parece claro que el que firma es un hombre, una mjer de una pieza jamás hablaría así. Me encuentro envenenada de odio y estoy en mi derecho pues eso, por mucho que me acuse la Robustiana, no es delito de ninguna clase. Me encuentro harta de lacayos haciendo el trabajo sucio de los coronados, de descalificaciones a aquellos creadores más o menos buenos con capacidad para entretener con su obra, Sabina, y al día siguiente ponerte a currar como un animal con la cabeza muy alta. Tú, Joaquín al que apelaría yo ahora si te tuviera al alcance, dijeste una vez: "todo lo que me gusta en arte viene de la periferia, o sea de gente que esta rayana en la delincuencia". Y ahora vienen los señoritos y nos quieren encalomar por la cara. Ya esta bien por ahora, Robustiana, me largo a la Comisaría (cosco en caló) a ver lo que me aconseja los politronchos.
Ay Margo, hija, vaya mal rollo que tienes. No sé si te das cuenta de que aquí el único nombre y apellidos que se han dado los has escrito tú. Eso sí podría ser delito si el aludido se entera. ¿Quién eres en realidad? ¿Cuáles son tu nombre y apellidos? ¿A qué te dedicas? ¿Y quién es él? ¿En qué lugar se enamoró de tí? ¿A qué dedica el tiempo libre?
Deja en paz a la policía, my friend, que la tienes harta con tanta denuncia infundada, olvida tus bodas calés y tus venganzas lorquianas. Aterriza en este mundo pero sobria, por favor. Nos vemos para echar unas risas en dos semanitas.
Que no me des consejos, Robustiana. Que no acuses a nadie de lo que bebe, que eso no es delito, que yo no he denunciado jamás a un semejante ante la autoridad -no es mi estilo- que no me sale del coño olvidar a mis cales, ¿por qué voy a olvidarlos, porque lo dices tú? Y que, torpe, Lorca no tiene nada que ver con la vengaza, que es un asunto más shakesperiano que otra cosa. Pues claro que nos veremos. ¿En cuánto tiempo dices?
Farina: gracias por sacar la cara por mi y, como te conozco tanto, tener el talento de hacer esas tres preguntas, trinconas, por intentar trincar a una demente. La Robustiana está macandé, pues de lo contrario no se hubiera atrevido en públicar cosas serías que le pueden afecta en su contra en cuanto llegue el momento. No entres tú al trapo si acaso no es necesario, déjame a mí defenderme sola, aunque siempre sabré que estas ahí para sacarme las castañas de fuego. Te quiero.
Qué mal afeitado está ese toro de la foto, al menos que le hubieran redondeado con papel de lija la mazorca al animalito.
ResponderEliminarPues es un Palha
ResponderEliminar¡Vayan ustedes a saber!Les recomiendo que se lo pregunten a un fulano pancartero emérito de la plaza de Madrid, que lleva este encaste en su cuadrada cabeza, como aquel que hubiera descubierto la pasta de dientes, estando máspegado que un sello el pobrecito, con el retrato de Franco, Franco, franco...
ResponderEliminarSigo, al emérito aficionado madrileño al que me refería, que lo más encastado que ha visto en su vida de cerca es a esta servidora, también se le debe sus panagéricos acerca del sinvergüenza del ebanista Ricardo Gallardo, propietario de la descatada (rasurada siempre) vacada de Fuente Ymbro. Los hay tonto, pero tontos de baba, colegas.
ResponderEliminarMargo, my friend, que ya has sido condenada por acosadora y por amenazas al pancartero, no te metas en líos, que no aprendes. La bebida y esa casta mala que tienes te pierden.
ResponderEliminarEso no eres tú quien para decirlo, querida Robustiana, yo llego hasta adonde a mí me de la gana, cariño, y asumo mis condenas con un par de huevos. Ah, en cuanto a la casta, para que aprendas algo de toros, no es ni buena ni mala: es casta. Por último, ¿qué intentas insinuar con lo de la "bebida"? A ver si el puerro, maja, ahora te lo meto yo a ti. Tiempo al tiempo que, sobre el particular, llegan sorpresas muy próximas.
ResponderEliminarLo de la simpática e informada robustiana, me da pie a denunciar como determinados periodistas de toros están confudiendo a la afición con el asunto de la casta. Casta buena o mala, como el coresterol, mentira, la casta es un término absoluto, un animal (o una persona) tiene casta o no. En caso negativo es que es que uno es manso.
ResponderEliminarOigan, que con esto de la Robustiana es que me he puesto yo como una moto, y ruego que me disculpen los demás compañeros de charla. ¿Podrías decirme, Robustiana mía, en qué sentecia has leído que yo he sido condena por acosadora y a quien, dándonos nombre y apellidos?. Explicanóslo , maja, que has entrado al trapo como una bendita y, si eres brava, o bravo, demuestralo.
ResponderEliminarRobustiana, tía, nada, que como no contestas a mi pregunta, ¿en qué senticia has leído que yo haya sido condena por acosadora?, voy y repondo yo por ti pues lo mismo andas cortita de casta, y no te atreves. Yo no he sido jamás condenada por acosadora, rara falta en una mujer, por cierto, pero en cuanto mi peluquero me fría el cuero cabelludo con el corrosivo líquido de la decoloración, me dedico a acosar a Richard Gere, sin otro plan.
ResponderEliminarSí, fui codenada pero no por acosadora, sino por amenazas al excelentísimo señor don José Carlos Fernández-Villaverde y Silva y Roca de Tagores y Fernández de Henestrosa, conde de estradas, hijo de la señora marquesa de Santa Cruz, Grande de España, que eso sí es Casta, pero Casta, y no la del común. Nena, no aprendes, my friend, que te has metido en un charco y la que has pisado en el anzuelo has sido tú.
Ya estamos de nuevo ante la putada de la ventajita,queridos, pues mientras la Robustiana sabe perfectamente quien soy yo, yo desconozco sin embargo su identidad. Deseo constar que, si acaso no perjudica en lo más mínimo a la gente de este precioso blog que frecuento y con la estoy de acuerdo en muchas cosas (que deben confiar en mi palabra porque es ley) paso a comunicarle el asunto a mi abogado, nena, no sea que alguno de los epítetos que me dedicas desde el anonimato, fuera querllable.
Por a-me-na-zas, que no por acosadora, es por lo que fui condenada, ¿estamos?. ¿O es que ahora tampoco vamos a tener derecho las mujeres a encampanarnor una vez en la vida, y los toros, sí? De verdad, queridas amigas con dos dedos de frente, me dan ganas de practicar los metodos de defensa de nuestras tatarabuela. O sea, quitarme el zapato salón y meterle a algun@ con el tacón de aguja en la mismísima coronilla.
Margo, my friend, si sé que te ibas a poner así no te digo nada. Acabo de consultar a amigas comunes y me cuentan que sólo te condenaron por amenazas de muerte al coletudo pancartero que por cierto es un rato guapetón, aunque ya le vayan colgando algunos pellejos como a nosotras. Retiro lo del acoso aunque también me dicen, reina, que la policía te tuvo que sacar del jardín de su casa una noche que acudiste con un colocón de aquí te espero a montarle un numerito, y que le llamabas por teléfono constantemente. Que hasta molestabas a su anciana madre y a sus hermanos. Eso es acoso aunque no te hayan condenado por ello, pero no te confundas conmigo porque sé que tienes buen fondo y que eres capaz de quitar la caca a un conde mientras te tiras a otro. Margo, my friend, te empieza a pesar la edad como al personaje de Bette Davis y haces algunas tonterías que no te benefician en nada. Aunque no lo parezca soy amiga tuya y te lo demostraré dentro de un par de semanas, cuando nos veamos. Me identificaré y ya verás como nos reímos un montón de esto.
ResponderEliminarPero ¿de qué habla esta chalá de la Robustina en una tribuna pública?. ¿Acoso?, ¿policía?, ¿que me sacó la plestañí de dónde? ¿de que yo he molestado a la madre de quién? ¿quién es el guapetón?, que me da la cabeza vueltas como a la niña de El Exorcista. Para juzgar se deben escuchar a las dos partes, eso para empezar y no acusar a nadie gratuitamente de nada que no se esté segura. ¿Con qué amigas mías ha hablado esta loca? Cuidadito Robustisna, que te encuentro excesivamente locuaz. Si alguien, excepto mi abogado, conoce la sentencia, que pare a esta loca que como me mosquee la vuelvo a formar. O sea, que un Tribunal dicta sentencia y luego la tal Robustiana sale aquí haciendo público una condena paralela, de su cosecha, que podría perjudicar a terceros. No permito que nadie, amparada en el anonimato, me acuse de quitar la caca a un amigo que me necesitaba en su enfermedad, aunque yo nunca le he quitado la caca a nadie y ese señor tiene los suficientes medios para estar atendido como debe, mientra me tiraba a un cerdo, dice la guardiana de la moral ajena.
ResponderEliminarOiga, Robustianal, ¿usted ha visto alguna de esas dos cosas que cuenta? Pues entoces chitón, que no sabe de qué tema trata me parece a mí, no sea que llegue la sangre al río de una puta vez. De todas formas, amigos, algún día lo contaré todo con pelos y señales, y documentación. Última pregunta ¿de dónde ha salido esta moralista a estas alturas de la película?
Pido perdón a los ajenos a este litigio, que por otra parte y yo en su caso estaría tronchada, pues le estamos entreteniendo la mañana al personal. Robustiana, ¿ha sido usted testigo de alguno de los hechos que me imputa?. Ahora mismo me voy a poner una denuncia contra usted en la comisaría. No hay derecho a que una torpe envalentonada te eche en cara que has cuidado a un amigo enfermo, mientras te acuestas con otro. Que soy libre, tía, y no le tengo que dar cuentas a nadie de mis actos, que yo me acuesto con que me dé la gana y, lo mismo esos es lo que te tiene a ti metiendo la pata de semejante forma. Ah, y no digas jamás, seas quien seas, que eres amiga mía y que verás en dos semanas. ¿Cómo se te ocurre?.
ResponderEliminarSigo. Entre otras cosas porque parece claro que el que firma es un hombre, una mjer de una pieza jamás hablaría así. Me encuentro envenenada de odio y estoy en mi derecho pues eso, por mucho que me acuse la Robustiana, no es delito de ninguna clase. Me encuentro harta de lacayos haciendo el trabajo sucio de los coronados, de descalificaciones a aquellos creadores más o menos buenos con capacidad para entretener con su obra, Sabina, y al día siguiente ponerte a currar como un animal con la cabeza muy alta. Tú, Joaquín al que apelaría yo ahora si te tuviera al alcance, dijeste una vez: "todo lo que me gusta en arte viene de la periferia, o sea de gente que esta rayana en la delincuencia". Y ahora vienen los señoritos y nos quieren encalomar por la cara. Ya esta bien por ahora, Robustiana, me largo a la Comisaría (cosco en caló) a ver lo que me aconseja los politronchos.
ResponderEliminarAy Margo, hija, vaya mal rollo que tienes. No sé si te das cuenta de que aquí el único nombre y apellidos que se han dado los has escrito tú. Eso sí podría ser delito si el aludido se entera. ¿Quién eres en realidad? ¿Cuáles son tu nombre y apellidos? ¿A qué te dedicas? ¿Y quién es él? ¿En qué lugar se enamoró de tí? ¿A qué dedica el tiempo libre?
ResponderEliminarDeja en paz a la policía, my friend, que la tienes harta con tanta denuncia infundada, olvida tus bodas calés y tus venganzas lorquianas. Aterriza en este mundo pero sobria, por favor. Nos vemos para echar unas risas en dos semanitas.
Que no me des consejos, Robustiana. Que no acuses a nadie de lo que bebe, que eso no es delito, que yo no he denunciado jamás a un semejante ante la autoridad -no es mi estilo- que no me sale del coño olvidar a mis cales, ¿por qué voy a olvidarlos, porque lo dices tú? Y que, torpe, Lorca no tiene nada que ver con la vengaza, que es un asunto más shakesperiano que otra cosa. Pues claro que nos veremos. ¿En cuánto tiempo dices?
ResponderEliminarOle esa Margo, asi asi en esos momentos, no, me, sale, del, coño, flamenquita.
ResponderEliminarHa llegado mi turno ahora hablo yo, señora Robustiana como repite y repite hablando de Margo y de la bebida, le pregunto que si Margo es,
ResponderEliminar1 - una mujer adicta
2 - una mujer adictiva
3 - no sabe o no contesta
Cualquiera de las cuatro posibilidades me serviría para la incognita que tengo en la cabeza.
Farina: gracias por sacar la cara por mi y, como te conozco tanto, tener el talento de hacer esas tres preguntas, trinconas, por intentar trincar a una demente. La Robustiana está macandé, pues de lo contrario no se hubiera atrevido en públicar cosas serías que le pueden afecta en su contra en cuanto llegue el momento. No entres tú al trapo si acaso no es necesario, déjame a mí defenderme sola, aunque siempre sabré que estas ahí para sacarme las castañas de fuego. Te quiero.
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