Domingo, treinta de abril, entorno al mediodía han sido embarcados, siete toros siete, de la ganadería de Adolfo Martín para ser lidiados y muertos a estoque, seis de ellos, en la Monumental Plaza de Toros de Las Ventas del Espíritu Santo, en la tarde del dos de mayo de dos mil seis.
Subieron al camión, y emprendieron viaje, los herrados con los números 3, 70, 11, 5, 55, 41 y 26, este último en sustitución de un precioso toro, que un percance impidió pudiera ir para Madrid, van dos o tres cinqueños (perdón por la inexactitud del dato). Corrida muy pareja, muy en saltillo.
El embarque es una operación complicada y tensa, dirigida desde la primera línea de batalla por el ganadero D. Adolfo Martín Escudero y el mayoral José Antonio y con la estrecha colaboración de todo el equipo, Miguel, Gregorio, Francisco y Adolfo hijo. Desde Sanlúcar, y en representación de la Plaza, "el Rabia", antiguo banderillero, veedor de la zona sur para la plaza de Madrid, que nos ilustró durante las pausas, lo que no habrán visto esos ojos, después lidiar mas de mil corridas y visitar infinidad de ganaderías. Pedro y servidor de ustedes intentamos molestar lo menos posible, a excepción del momento de degustar un estupendo chorizo zamorano que aportó Salva a inmejorable hora.
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