Copio de la crónica de José Luis Merino sobre la corrida mencionada de Alcurrucén en Bilbao la pasada temporada:
Los seis cornúpetas exigían el carnet. Solo dos de los diestros podían mostrarlo con dignidad. Uno, Sergio Aguilar, en el único que pudo lidiar, que no matar. Después de una faena iniciada con un buen trasteo, se echó la mano a la derecha para instrumentar dos buenísimas series. En el cambio de mano el toro le avisó y le cogió. Tras una tanda de derechazos volvió a torear con la mano zurda y ahí le cogió con más fundamento. Cuando entraba a matar el pitón le atravesó la garganta y sufrió "importantes y serios destrozos", según fuentes médicas de la plaza. Además, sufrió un puntazo en el muslo.
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