martes, noviembre 30, 2010

Los toros y la crisis que se avecina (Paz Domingo)

Los ganaderos de bravo deben asumir la situación caótica de los intereses del sector. Deben tener un organismo aglutinador dispuesto al trabajo humilde y concienzudo fuera de protagonismos e intereses propios circunscritos en determinadas asociaciones. Deben apostar por la casta y la selección en la crianza del este exclusivo animal. Deben olvidarse del corazón y sacrificar el excedente de borreguismo causante en gran medida de la inflación de presunto bravo. Deben plantear un plan de rescate para los encastes minoritarios en la cabaña, a la que la gran mayoría del sector ha condenado al ostracismo (incluso a la desaparición) porque muchos de los empresarios ganaderos han apostado por el monoencaste, consecuencia que ha conducido -en una distancia muy corta- a un situación muy triste, desvalorizada y aburrida. Deben afrontar su situación sobresaturada en la mediocridad que ha terminado con la emoción y la afición, haciendo prácticamente irrecuperable la singularidad y variedad de este animal poderoso, llevándose por delante el oficio, el suyo, el más hermosos de cuantos puede haber imaginado y desarrollado el ser humano.
Deben asumir como jabatos que hay que salvar los trastos. Pero no de cualquier manera. Jabatos a la verdadera usanza. Al buen criterio, al trabajo, a la humildad, a la verdad, a la calidad, a la integridad, a no especular, a estar dispuesto a ganar menos pero a costa de hacerlo mejor, al derecho que el mundo entero reconozca lo decisivo de su gestión para atesorar la autenticidad y emoción que atesora el ganado bravo, por supuesto con el esfuerzo en el amor interesado por la verdad en el mundo de los toros.
Foto: David Cordero

1 comentario:

  1. Como siempre Paz poniendo el dedo en la llaga, diciendo verdades que debieran valorar detenidamente quienes tienen en sus manos la salvación de la Fiesta de los toros, quienes los crían y seleccionan, los ganaderos.
    Pgmacias

    ResponderEliminar