-Yo crecí al lado de la Monumental, yo crecí con los toros. Mi padre me llevaba, y cuando no había dinero entrábamos al último toro, cuando abrían las puertas y nos metíamos todos los pobres. Las calles en mi barrio olían a toro. Y a mí me jode que jodan mis recuerdos. Y que esto de la prohibición sea una cuestión política. Es evidente, porque si fuera una cuestión de respeto a los animales se prohibirían los correbous. O todo o nada. Si algo tiene que morir, que muera por su propia decadencia, pero no por obligación. Yo ahora a mi hijo puedo llevarle a muy pocos lugares en Barcelona de los que yo conocí. Se cargaron el boxeo, el Price, donde había lucha libre. Se cargan los toros, ahora el tabaco. No quiero dar el discurso rancio, pero que no se acaben las cosas porque lo decidan unos tipos con toda la inquina. Cuando fui hace poco con Jaime Urrutia a la Monumental nos llamaban asesinos. ¿Pero he matado a alguien? Si empezamos así, no comamos carne nadie. Ahora bien, no olvidemos una cosa: en Cataluña tú puedes empezar tirando pintura a un barco de la Navy y puedes terminar teniendo un piso en Pedralbes.
Vía: entrevista de Jorge Bustos y Carlos Ruiz-Ocaña publicada en Época (7/11/2010)
Menos mal que todavía queda algún Catalán con dos cojones. ¡Bravo, Loquillo! ¡Vivan los toros y el Rock´n Roll!
ResponderEliminarUn saludo!
Ole mi Loquillo!!! Por él, siempre quise ir a L.A en un Cadillac Solitario. Qué grande!! :))
ResponderEliminarBien por Loquillo. El Parlament de Catalunya no tiene que regular lo que nos gusta o no nos gusta. Si la fiesta estaba abocada a morir en Catalunya, que lo hiciera por su propia inercia. ¿Y la Catalunya Norte (NImes, Perpinyan...)? Con la opinión de éstos no ha contado el tripartito. Para lo que les interesa, éstos del norte son catalanes, y para lo que no les interesa, pues no. Lástima.
ResponderEliminarPor cierto, Ferrán Adrián hidrogena vivas las langostas y nadie le dice nada, y lo hace en la mesa, delante de los clientes!!! Y tiene estrellas, tres, Michelín.
Salvador Porqueras Moreno
Con tu postura de libertad, algunos de tus paisanos dejaran de llamarte "Loquillo" para decirte LOCO.
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