El sustituto del Fundi ha sido el novillero Miguel Tendero que ha tomado la alternativa hoy en las Ventas. Para tan importante acontecimiento en su carrera taurina le han echado a la arena un cerdo colorao y cuernivuelto, manso y huidizo como una gallina que echaba a correr apenas vislumbraba un capote en lontananza, o un caballo o cualquier otra cosa. Miguel Tendero, después de muchos intentos ha conseguido darle unos pases de muleta por su cuerno izquierdo y cerrar una faena breve pero meritoria debido a la oposición del susodicho gorrináceo. El respetable ha tenido en cuenta su tesón y le ha premiado con el aplauso.
El sexto toro por el contrario era lo más parecido a un toro que hemos visto en toda la tarde, generoso de pitones y astifino, aunque también descastado e inválido, el toricantano lo ha brindado al público pero sólo ha sido capaz de conseguir una primera serie de redondos acertada, el resto de la faena ha adolecido de colocación y ha resultado despegada e insulsa, el toro se ha rajado pronto y en ese momento hemos celebrado el final de una corrida de El Puerto de San Lorenzo muy mal presentada, descastada, mansa e inválida indigna de cualquier plaza de toros.
Con el dinero ahorrado con las dos sustituciones de El Fundi los taurodeltanos habrán podido comprarse un pisito en la capital o al menos un apartamento playero ahora que las inmobiliarias están de rebajas. A todo le sacan punta.
El primer toro de El Cid más parecía una sardina inválida con cuernos. El presidente no la ha devuelto porque el torero ha pedido el cambio de tercio inoportunamente, pero el sucedáneo rodaba por los suelos a la salida de los encuentros haciendo imposible el toreo lo que ha levantado las consiguientes protestas. La segunda sardina que le ha correspondido a El Cid se ha devuelto a los corrales y ha dado paso a una tercera sardina, la primera sobrera, de la ganadería de Antonio Palla también inválida, mansa y descastada, de imposible lucimiento. Parece que a El Cid, un torero emblemático y respetado en esta plaza, le han molestado las lógicas protestas del respetable y se ha encarado con el público, creo que este gesto no le va ayudar con la afición de Madrid, de todos es sabido que aquí se exigen toros íntegros y toreros dignos, aquí se viene a torear y no a guarrear sardinas.
Sebastián Castella ha tenido otra doble ración de sardinas descastadas, mansas e inválidas a las que apenas ha podido arrancar unos pases ya que los animalitos no se prestaban, él que es capaz de cortarle las orejas a un baúl con ruedas como ha demostrado hace pocos días en esta misma plaza, se ha ido de vacío, y es que hemos llegado al colmo del despropósito, al descaro empresarial más elocuente, al agotamiento total de las posibilidades de torear, a la encerrona más evidente. Taurodelta y los taurinos nos han metido en una ratonera y la salida se hace cada vez más angosta.
Jandro
martes, 02 de junio de 2009
El sexto toro por el contrario era lo más parecido a un toro que hemos visto en toda la tarde, generoso de pitones y astifino, aunque también descastado e inválido, el toricantano lo ha brindado al público pero sólo ha sido capaz de conseguir una primera serie de redondos acertada, el resto de la faena ha adolecido de colocación y ha resultado despegada e insulsa, el toro se ha rajado pronto y en ese momento hemos celebrado el final de una corrida de El Puerto de San Lorenzo muy mal presentada, descastada, mansa e inválida indigna de cualquier plaza de toros.
Con el dinero ahorrado con las dos sustituciones de El Fundi los taurodeltanos habrán podido comprarse un pisito en la capital o al menos un apartamento playero ahora que las inmobiliarias están de rebajas. A todo le sacan punta.
El primer toro de El Cid más parecía una sardina inválida con cuernos. El presidente no la ha devuelto porque el torero ha pedido el cambio de tercio inoportunamente, pero el sucedáneo rodaba por los suelos a la salida de los encuentros haciendo imposible el toreo lo que ha levantado las consiguientes protestas. La segunda sardina que le ha correspondido a El Cid se ha devuelto a los corrales y ha dado paso a una tercera sardina, la primera sobrera, de la ganadería de Antonio Palla también inválida, mansa y descastada, de imposible lucimiento. Parece que a El Cid, un torero emblemático y respetado en esta plaza, le han molestado las lógicas protestas del respetable y se ha encarado con el público, creo que este gesto no le va ayudar con la afición de Madrid, de todos es sabido que aquí se exigen toros íntegros y toreros dignos, aquí se viene a torear y no a guarrear sardinas.
Sebastián Castella ha tenido otra doble ración de sardinas descastadas, mansas e inválidas a las que apenas ha podido arrancar unos pases ya que los animalitos no se prestaban, él que es capaz de cortarle las orejas a un baúl con ruedas como ha demostrado hace pocos días en esta misma plaza, se ha ido de vacío, y es que hemos llegado al colmo del despropósito, al descaro empresarial más elocuente, al agotamiento total de las posibilidades de torear, a la encerrona más evidente. Taurodelta y los taurinos nos han metido en una ratonera y la salida se hace cada vez más angosta.
Jandro
martes, 02 de junio de 2009
Foto: JMSV
No hay comentarios:
Publicar un comentario