Los reconocimientos que otorga Taurodelta, con un jurado compuesto principalmente por críticos taurinos y empresarios, debían tener, como poco, vergüenza –taurina y profesional- y manifestar honestamente la imposibilidad de conceder un merecimiento después de este fraude de veinticuatro impresentables festejos, y por supuesto les hubiera honrado una nota que dijera “desierto”. Ya se sabe: ¿qué hay en el desierto? Pues mucha arena.
Si son premios referidos a la Feria de San Isidro, porque le dan uno a DANIEL LUQUE, que no ha toreado en San Isidro.
ResponderEliminarque miedo tienen a dejar los premios desiertos, que hubiera sido lo mas normal
ResponderEliminarY dale con las estadísticas...que coño más dará, digo yo.
ResponderEliminarGALIPTO.