Las puntas del segundo se escondían. El pitón giraba hacia la derecha y atrás. Cinco años en el guarismo. La personalidad de la expresión lo cantaba. 'Carpintero' de nombre. Al caballo acudió desde la otra punta del óvalo. Exactamente desde donde lo dejó Castella con el capote, empujándolo.
Se apoyó en las tablas para iniciar la faena. Cuatro muletazos en un centímetro, sostenidos desde la quietud. Prendieron las primeras llamas. Asentado, dejado caer en la madera el francés. No bajó la faena desde entonces. 'Carpintero' embestía con la testuz fija, el tranco suave, con transmisión. Los pitones vueltos como bengalas en la oscuridad. Al natural se desplegó el francés, a toda vela. Qué relajado. Un buen cambio de mano lo anunció; así de despacio después. Más encajado con la derecha. Con el hocico empujaba el toro, roto a embestir. Hubo momentos muy buenos, a gran nivel los dos. El intercambio fue diálogo. Se atrancó en la suerte suprema, quedando reducida la faena a una oreja.
Juan Diego Madueño - aquí la crónica-
Foto I: Emilio Méndez
FotoII: Guillaume Horcajuelo
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